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lunes, noviembre 30, 2009

La cultura del pobrismo

Resumido del articulo de Alejandro Rozitchner publicado en 2005 en
http://100volando.blogspot.com/2006/07/una-visin-pobrista.html

El pobrismo es una filosofía de vida, una versión del mundo y de la vida basada en la creencia absurda de que el destino se manifiesta como una serie infinita de carencias. Su moral es una moral de quedados que dicen estar siempre bajo una voluntad ajena, cuando por lo general, carecen de una voluntad propia.

El pobrismo es la política de aspirar a poco, el plan de no pagar ninguno de los precios que una sociedad debe pagar para conquistar un buen nivel de vida. Se prefiere mantener la pobreza como cultura popular aunque se dice querer eliminarla. Pobrismo es hacer de la comunidad carenciada una comunidad virtuosa, del hombre caído, un personaje más valioso que el hombre entero.

Pobrismo es rechazar el crecimiento por ver en la riqueza la huella del diablo.

Pobrismo es ser más sensible a las pérdidas que todo crecimiento produce, que a los beneficios de tal metamorfosis.

Pobrismo es no aspirar a una vida plena sino a una mera supervivencia

Pobrismo es no querer crecer, es ver en el crecimiento una tentación indebida y por lo tanto se obstaculiza el camino de quienes quieren crecer, para arruinárselo, con la moral absurda de que si yo no puedo y no quiero tampoco debe poder o querer nadie.

Pobrismo es mirar para atrás, pensar para atrás, querer para atrás, asegurarse la quietud con estratégicas morales de respeto y de temor.

Pobrismo es creer que la gente que tiene plata no puede querer el bien del país y por el contrario creer que lo que quiere y decide alguien en mala situación es siempre bueno y correcto.

Pobrismo es, para un político, cortejar a la pobreza como a una novia, siendo incapaz de generar otra estrategia de poder que la de reinar en el vacío.

Pobrismo es halagar al pueblo en sus aspectos más quedados y conservadores. Es conformar a ese pueblo con su facilismo, armar una ciudadanía con el lomo de sus prejuicios, contenta de ser mediocre y tiránica a la hora de descalificar cualquier instancia que busque desafiarla, defender su moral de pobreza justa, de pobreza padecida de la cual siempre otro es responsable, de pobreza que se convierte en plan de lucha en contra de aquel que osó no ser pobre para castigar su osadía.

Pobrismo es preferir no hacer olas y quedarse en el confort y la retroalimentación que produce el grupo de frustrados, es no querer explorar las posibilidades disponibles, preferir el juego de rechazarlas a todas para hacer más fuerte el sentido colectivo de la frustración y centrarse en una lucha falsa de culpar al rico, al menos pobre o al que busca, como si fueran responsables de las dificultades que padecen.

Las miserias mentales engendran miserias materiales. Debmos dejar de creer que nuestra pobreza proviene de enemigos feroces y asumir que nuestra riqueza está en nuestras manos.

lunes, noviembre 16, 2009

Emprender en Bolivia

La semana pasada estuve en Cochabamba, Bolivia, compartiendo con un grupo de empresarios los conocimientos trasmitidos por Stephen Covey en un taller sobre Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas.

El "clima" de negocios en Bolivia es tán árido como su falta de salida al mar. Figuran en el lugar 161 del Ranking Removiendo Obstáculos al Crecimiento que lleva el Banco Mundial (http://espanol.doingbusiness.org/ExploreEconomies/?economyid=25)

Los individuos emprendedores no son bien vistos allí.
Muchos siguen creyendo que sus desgracias son por culpa de los españoles que les robaron el oro y la plata hace más de 500 años. Los nuevos culpables son las multinacionales del petróleo o el estaño.

No entienden que la riqueza no está en la tierra ni debajo de ella, sino que está en la mente de los hombres. Y entre éstos, el emprendedor es quien tiene la capacidad, la energía y el coraje, de convertir las ideas en realidad.

En Boliva pretenden establecer un orden social basado en los mismos principios que relatara Ayn Rand en la Rebelión de Atlas y son:

- Que eres incompetente para manejar tu propia vida, pero te crees competente para manejar la de los demás
- Que eres inadecuado para vivir en libertad, pero adecuado para convertirte en gobernante omnipotente
- Que eres incapaz de ganarte la vida mediante el uso de tu inteligencia pero eres capaz de elegir políticos para ocupar cargos sobre logros que no conocen

Parece que es inmoral vivir por tu propio esfuerzo, pero es moral vivir por el esfuerzo de otros; es inmoral consumir tu propio producto pero es moral consumir el producto de otros; es inmoral ganar dinero, pero es moral vivir a costa de los demás; es malo obtener ganancias mediante logros, pero es bueno beneficiarse del beneficio ajeno; es malo construir la propia felicidad, pero es buena disfrutarla al precio de la sangre ajena.

Bolivia está en el lugar 161 del ranking. Uruguay viene cayendo en los últmos 5 años del lugar 64 al 114. Argentina se ubica en el puesto 118, Brasil en el 129 y cierra Venezuela en el 177.

No son éstas buenas aguas para que naveguen los emprededores. Sí las son las de Nueva Zelandia, Irlanda, Canadá, Estados Unidos o Australia. Hacia allí emigran los latinos. Cambiemos nuestro clima de negocios, frenemos la inmigración de talentos y generemos riqueza. Está en nuestras manos y el lunes es un buen día para comenzar.

Gracias a dios es Lunes !!

Guillermo Sicardi

La ola de los presidentes-espejo

¿Por qué los italianos votan una y otra vez por Berlusconi? Esa es la pregunta a la que intenta responder un reciente artículo del Washington Post.

La periodista que lo firma, Anne Applebaum, recuerda que Berlusconi está acusado de corrupción, evasión de impuestos y manipulación de la prensa. Está enfrentado al sistema judicial, a casi todos los periodistas que no trabajan para él y a la Iglesia Católica. Su propia esposa denunció su último escándalo: que organiza orgías en su mansión de Cerdeña con prostitutas, bellas mujeres deseosas de trabajar en televisión e invitados especiales, incluyendo jefes de Estado. La Justicia italiana acaba de retirarle la inmunidad y deberá volver a rendir cuentas en los tribunales.


Pero igual los italianos lo siguen votando.
Applebaum ensaya diversas explicaciones para ese misterio. Recuerda que Berlusconi emergió como líder luego de que las investigaciones sobre corrupción de los años 90 borraran del mapa –literalmente- a una generación política entera. Que llegó prometiendo lidiar con temas considerados tabú: la burocracia y la inmigración proveniente de África del Norte. Que es el dueño absoluto de la televisión privada, donde criticarlo está prohibido. Que no ha dudado en manipular los contenidos de la televisión pública. Que es dueño de Milan, uno de los clubes de fútbol más populares y exitosos del país.
Pero, aún así, eso no logra aclarar por qué tantos italianos continúan votándolo a pesar de la sucesión de escándalos sin fin.

Applebaum cuenta que la mejor Beppe Severgnini.explicación se la dio el periodista italiano: Berlusconi es un “espejo” de la Italia de hoy, dice Severgnini: es un nuevo rico como la mayoría, no tiene miedo ni vergüenza en exhibirse como tal, disfruta sin pudores de la vida, gusta de las mujeres hermosas, vive con pasión el fútbol y es leal con sus amigos a los que defiende incluso de las garras de la Justicia.

“Berlusconi encarna una especie de versión caricaturizada del ideal de vida italiano”, anota Applebaum. Y, justamente porque es una caricatura, se le permiten ciertas exageraciones. La gente las escucha y se mata de risa.
Pienso que Severgnini y Applebaum tienen razón, y no solo para Italia y Berlusconi.

Para bien en unos casos y para mal en otros, un negro por fin llegó a ser presidente de Estados Unidos, un indio gobierna Bolivia, un ex agente de la KGB de mirada gélida y siniestra preside Rusia, una mujer narcisista, histérica y muy preocupada por su look manda en Argentina. La democracia que expulsa y que no elige a los mejores sino a los iguales, en estado de perfección: cada gobernante es el espejo de su propio pueblo.

El caso de Paraguay es notable. Su presidente es un señor que era obispo de la Iglesia católica y al mismo tiempo seducía y embarazaba a menores de edad. El santo varón –“progresista”, por supuesto- nunca reconoció a los hijos que tuvo por debajo de la sotana. Y cuando la Justicia lo obligó a hacerlo, entonces tomó el dinero que antes había donado al Estado, de modo que hacerse cargo de sus propios hijos le siguiera saliendo gratis. ¿No es el presidente paraguayo perfecto?


Berlusconi, Obama, Putin, Evo, Kristina, Lugo. Cada pueblo con su presidente-espejo.
¿La regla se cumplirá también en Uruguay, donde a diferencia de Italia, no se celebra el dinero y el éxito, sino la pobreza, emparejar hacia abajo y sospechar con malicia de cualquiera que se compra un par de zapatos nuevos?

Si la ola que recorre el mundo llega también aquí, ganará entonces el candidato que es el espejo perfecto del país en el cual nos hemos venido convirtiendo, paso a paso, desde los años 60. Es una obra (una demolición) colectiva que ha llevado décadas: el clientelismo de los partidos tradicionales, la guerrilla iluminada, la dictadura, la ley de Caducidad, otra vez el clientelismo, la destrucción de la enseñanza pública, el discurso black or white, la máquina de impedir del Frente y su sucursal sindical, la satanización de adversario, la reforma de la Constitución por mero cálculo partidario, we are fantastic, el clientelismo tercera parte… la lista sigue, es larga y no hay inocentes.

Una vez, en la televisión le preguntaron a José Mujica qué piensa de Hugo Chávez. Respondió: “Para Venezuela está bien”. Si José Mujica, el candidato-espejo, finalmente gana aquí las elecciones, alguien dirá en cualquier rincón del mundo: “Para Uruguay está bien”.

Ya no somos el país que fuimos, si es que alguna vez lo fuimos.
Algunos creyeron que la cuenta no nos iba a llegar nunca.
Pero ha llegado.

Artículo de Leonardo Haberkorn

domingo, noviembre 15, 2009

Los argentinos ... por Julián Marías

Los argentinos están entre vosotros, pero no son como vosotros.

No intentéis conocerlos, porque su alma vive en el mundo impenetrable de la dualidad.

Los argentinos beben en una misma copa la alegría y la amargura.

Hacen música de su llanto -el tango- y se ríen de la música de otro; toman en serio los chistes y de todo lo serio hacen bromas.

Ellos mismos no se conocen. Creen en la interpretación de los sueños, en Freud y el horóscopo chino, visitan al médico y también al
curandero todo al mismo tiempo.

Tratan a Dios como \'El Barba\' y se mofan de los ritos religiosos, aunque los presidentes no se pierden un Tedeum en la Catedral.

No renuncian a sus ilusiones ni aprenden de sus desilusiones. No discutáis
con ellos jamás!!! Los argentinos nacen con sabiduría !!! Saben y opinan de todo!!! En una mesa de café y en programas de periodistas / políticos arreglan todo.

Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires. Hermanos, ellos son \'El Pueblo Elegido\' ...por ellos mismos.

Individualmente, se caracterizan por su simpatía y su inteligencia. En grupo
son insoportables por su griterío y apasionamiento.

Cada uno es un genio y los genios no se llevan bien entre ellos; por eso es fácil reunirlos, pero unirlos... imposible.

Un argentino es capaz de lograr todo en el mundo, menos el aplauso de otro
argentino.

No le habléis de lógica. La lógica implica razonamiento y mesura. Los argentinos son hiperbólicos y desmesurados, van de un extremo a otro con sus opiniones y sus acciones. Cuando discuten no dicen: no estoy de acuerdo, sino: Usted esta absolutamente equivocado.

Aman tanto la contradicción que llaman 'Bárbara' a una mujer linda; a un erudito lo bautizan 'Bestia', a un mero futbolista 'Genio' y cuando manifiestan extrema amistad te califican de 'Boludo'. Y si el afecto y confianza es mucho más grande, 'Eres un Hijo de Puta'.

Cuando alguien les pide un favor no dicen simplemente \'Si\', sino \'Como No\'. Son el único pueblo del mundo que comienza sus frases con la palabra NO. Cuando alguien les agradece, dicen: \'NO, de nada\' o \'NO\'... con una sonrisa.

Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema. Cualquier argentino dirá que sabe como se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América latina, disminuir el hambre de Africa y enseñar economía en USA.

Los argentinos tienen metáforas para referirse a lo común con palabras extrañas. Por ejemplo, a un aumento de sueldos le llaman... \'Rebalanceo de Ingresos\', a un incremento de impuestos... \'Modificación de la Base Imponible\' y a una simple devaluación... \'Una Variación Brusca del Tipo de Cambio\'. Un Plan Económico es siempre ... \'Un Plan de Ajuste\' y a una Operación Financiera de Especulación la denominan...
\'Bicicleta\'.

Viven, como dijo Ortega y Gasset, una permanente disociación entre la imagen que tienen de si mismos y la realidad. Tienen un altísimo numero de psicólogos y psiquiatras y se ufanan de estar siempre al tanto de la última terapia. Tienen un tremendo súper ego, pero no se lo mencionen porque se
desestabilizan y entran en crisis.

Tienen un espantoso temor al ridículo, pero se describen a si mismo como liberados. Son prejuiciosos, pero creen ser amplios, generosos y
tolerantes.

Son racistas al punto de hablar de... 'cabecitas Negras\'.

LOS ARGENTINOS SON ITALIANOS QUE HABLAN EN ESPAÑOL. PRETENDEN SUELDOS NORTEAMERICANOS Y VIVIR COMO INGLESES. DICEN DISCURSOS FRANCESES Y VOTAN COMO SENEGALESES.

PIENSAN COMO ZURDOS Y VIVEN COMO BURGUESES.

ALABAN EL EMPRENDIMIENTO CANADIENSE Y TIENEN UNA ORGANIZACIÓN BOLIVIANA.

ADMIRAN EL ORDEN SUIZO Y PRACTICAN UN DESORDEN TUNECINO.

Son un Misterio

miércoles, noviembre 11, 2009

Es sensato dudar del Pepe y su barra - ¿De quien son las armas de Feldman?

POR ADOLFO GARCÉ * ESPECIAL PARA EL OBSERVADOR


Más allá de la comprensible histeria electoral, el tema de fondo planteado por Jorge Batlle es de la mayor importancia. Mirando a las cámaras, con toda seriedad, el ex presidente emplazó a José Mujica y a Julio Marenales a decir, bien claramente, “que no están hoy por los fierros sino por los votos”. Dejemos de lado el ángulo meramente electoral de la intervención de Batlle. Que no se ofendan tanto los frenteamplistas. Que no se desgarren tan aparatosamente las vestiduras los viejos dirigentes del MLN-Tupamaros. La pregunta de Batlle es perfectamente pertinente.

Antes de ir al fondo de la cuestión quiero polemizar con el argumento según el cual no habría que atender la preocupación explicitada por Batlle porque está teñida de cálculos electorales. No estoy de acuerdo. Desde luego, se trata de un actor político. Es obvio que no tiene ninguna intención de colaborar con el triunfo de Mujica el 29 de noviembre. Pero una de las grandes virtudes de la democracia es, precisamente, que hace posible que, especialmente durante la campaña electoral, se pongan de manifiesto todos los potenciales puntos débiles de cada aspirante. Si Batlle, o cualquier otro actor político, en el acierto o en el error, tiene dudas sobre la lealtad del candidato frenteamplista a las instituciones democráticas, este es el mejor momento de comunicarlas a la ciudadanía.

Permítanme dar un paso más en esta línea argumental. Batlle, que es un hombre inteligente e informado, no sabe si creer o no en el compromiso de Mujica con las instituciones democráticas. Tiene buenas razones para desconfiar. Mujica fue uno de los líderes más destacados de la guerrilla. Por eso mismo, la dictadura lo distinguió dándole el pavoroso estatus de “rehén” y sometiéndolo a un trato infame durante todos los años de cárcel. Desde 1985 en adelante, cada vez que se le preguntó sobre si fue o no un error alzarse en armas a comienzos de los 60, dijo que, dadas las circunstancias, la opción había sido la correcta. Es cierto, Mujica ha admitido que la guerrilla cometió algunos “errores”… como el de ejecutar a Pascasio Báez. Pero ha enfatizado que el gran error del MLN-T no fue tomar las armas sino estar derrotado en junio de 1973. Por otro lado, desde que salió de los aljibes de la dictadura, Mujica participó muy activamente en la reconstrucción del MLN-T. Casi nunca faltó a los principales ritos públicos de la organización: el homenaje a Raúl Sendic de fines de abril y la conmemoración de la toma de Pando, cada 8 de octubre. Hasta que, a comienzos de este año, dijo “adiós a la barra chica”, siguió vinculado al MLN-T, una misteriosa organización semiclandestina, cuya estructura, dirección, documentos y actividades cuesta demasiado conocer. Batlle se pregunta si Mujica y Marenales están para las armas o para los votos. No es el único. Hay mucha gente de muchos partidos distintos que se ha venido haciendo durante estos años la misma pregunta. No son “fachos”. Son ciudadanos informados, honestos y sensatos. Por eso, cuando aparece un arsenal y muchos creemos, en el acierto o en el error que, dados estos antecedentes, no es descabellado preguntarse si esas armas podrían estar vinculadas a las andanzas del MLN-T, no es culpa nuestra. No hagan tanto pamento y asuman sus responsabilidades.

La introducción me quedó demasiado larga. Voy al punto central. No es casualidad que mi libro sobre este tema se titule Donde hubo fuego. Esta expresión sintetiza las dos ideas centrales del argumento. La primera es que, como dice el dicho, “donde hubo fuego cenizas quedan”. Uno de los hallazgos de la investigación es que el MLN-T recién terminó de adaptarse a la legalidad y de entusiasmarse, de verdad, con el camino electoral, a medidos de la década del 90. La brasa revolucionaria siguió humeando al menos hasta 1994. La segunda idea, tan o más importante que la primera, es que ya no hay más fuego. Hubo fuego. Fue muy grande y se vio desde muy lejos. El MLN-T fue como una inmensa llamarada, un estallido revolucionario en el lugar más inesperado de América Latina. Hubo fuego. Ya no hay más. Hace al menos 15 años que el MLN-T dejó de ser una organización antisistémica. Es cierto, sigue cultivando la mística y celebrando sus rituales. Pero, al menos desde 1994 en adelante, aunque no le guste admitirlo, la vieja “orga” está al servicio de la estrategia electoral del resto de la izquierda. Según el libro de Alain Labrousse publicado hace un par de meses, lo más extravagante (y censurable) que hace el “aparato” de Marenales es reunir, sistematizar y usar políticamente información sobre personas e instituciones. Pero no están para las armas. En este viraje desde el culto a las armas al entusiasmo por las urnas, José Mujica, el candidato a la Presidencia por el FA, ha sido fundamental. No se preocupe tanto, doctor Batlle: Mujica hace rato que está para los votos. Hubo fuego. Algunas brasas demoraron más que otras en apagarse. Pero ahora, como alguna vez dijo Jorge Zabalza, ni cenizas quedan.

* Adolfo Garcé es magíster en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar.

sábado, noviembre 07, 2009

A 20 años de la caída del Muro de Berlín


Nada más denigrante para la dignidad humana que el Muro de Berlín.

Simboliza la barrera más grotesca a la libertad, a la igualdad y a la capacidad de emprender sin obstáculos. Es la obra magna del Socialismo y probablemente, la única.

Sus robustas paredes, sus alambres de púas, las zonas lindantes minadas y los guardias fuertemente armados, son la evidencia más elocuente del fracaso de un régimen y sobre todo, del fracaso de una ideología.

Atentar contra la libertad, contra la capacidad de construir nuestro propio destino, de elegir con qué alimentar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu, es atentar contra la esencia misma del ser humano.

Un emprendedor detesta los muros. Nosotros estamos para destruir muros y construir puentes. Puentes que conecten los talentos y virtudes con la riqueza creada fruto de esos esfuerzos. Puentes a la excelencia, que dejen por debajo a los conformistas y puentes para integrarnos con los mejores países del mundo en vez de dejarnos llevar por los mediocres linderos.

El próximo lunes 9 de noviembre se cumplen 20 años de la caída de este oprobioso símbolo. Ese día elevemos nuestras voces para decir más fuerte que siempre:
¡¡¡ GRACIAS A DIOS ES LUNES !!!!


Dr. Guillermo Sicardi, MBA
gsicardi@solution.com.uy

miércoles, noviembre 04, 2009

Mujica o la contradicción al poder



por Carlos Alberto Montaner

En pocas semanas los uruguayos elegirán un nuevo presidente. A la cabeza de los sondeos está José Pepe Mujica, un político radical procedente de la izquierda violenta, ex ministro de Ganadería, de quien Ernesto Agazzi, su sustituto en el cargo y correligionario, ha dicho lo siguiente: ``Creo que sería un mal presidente [...] Mujica es un compañero irredento, está contra la formalidad permanentemente [...] Yo creo que Mujica puede ayudar a ganar las elecciones, pero no creo que sea su especialidad, ni su formación, la de dirigir la gestión del Estado [...] Así como es absolutamente anarquista, contrario a las fórmulas preconcebidas, también construye alternativas que nadie vio''.

Ese retrato de Mujica, compartido por muchos uruguayos, aunque tal vez no por la mayoría, es muy preocupante. ¿Cómo y por qué una sociedad razonable y madura elige a una persona con esos rasgos para gobernar el país? ¿Qué les ocurre a los uruguayos? Lo grave de Mujica no es su pasado tenebroso --por el que estuvo preso varios años durante la época de la dictadura--, sino el hecho de que no tiene condiciones para dirigir una república democrática moderna basada en el imperio de la ley, la división y equilibrio de poderes, la economía de mercado y la existencia de un aparato productivo controlado por la sociedad civil.

Esa es una maquinaria muy delicada. Si funciona bien se llama Suiza. Si funciona mal se llama Venezuela. Quien gobierne un país que quiere parecerse a Suiza y no a Venezuela tiene que entender que el estado de derecho republicano fue concebido para limitar la autoridad de los políticos y proteger las libertades individuales, lo que exige un apego absoluto a la formalidad, es decir, a la letra de la ley, no sólo a su espíritu.

Mientras en el ámbito de la sociedad civil las personas pueden hacer todo aquello que la ley no prohíbe, en el espacio público sólo se puede hacer lo que expresamente la ley autoriza u ordena. En las repúblicas el poder es para obedecer al pueblo, no para mandarlo.

Mujica es un revolucionario. Alguien que, a regañadientes, ha tenido que someterse a las reglas del modelo republicano porque su bando perdió la guerra fría. Simpatiza con la dictadura de Fidel Castro. Es amigo de Hugo Chávez. Nunca ha podido descolgar el póster del Che Guevara. Detesta las formalidades y los reglamentos. Le parecen camisas de fuerza burguesas. Su ideal no está en el Código Civil, que le resulta muy aburrido, sino en las tonterías que escribe su compatriota Eduardo Galeano. Eso es muy grave. Así no se puede contribuir al bienestar y el desarrollo de una sociedad. Si no se entiende que la prosperidad material y la estabilidad social dependen, fundamentalmente, de la calidad de las instituciones de derecho, todo es inútil.

Mujica tampoco sabe cómo se crea o se malgasta la riqueza. Su generación --al menos el enorme segmento radical al que pertenecía-- creció creyendo en que la pobreza y el atraso latinoamericanos eran la consecuencia de la codicia de los depredadores imperialistas y de sus cómplices y lacayos nacionales, y nunca tuvo tiempo ni sosiego para rectificar ese colosal error intelectual, afincado en las supersticiones marxistas, disparate que llevó a los más temerarios a secuestrar y matar adversarios ideológicos. ¿Qué otra cosa se podía hacer con unos crueles vampiros dedicados a succionar la sangre de ``las venas abiertas latinoamericanas''?

Eso coloca sobre el tapete dos incógnitas. La primera: lo menos que se puede esperar de un candidato a gobernar es que entienda y aprecie el sistema que deberá dirigir para que se dedique a protegerlo y perfeccionarlo: ¿es ése el caso de Mujica? Y la segunda: ¿por qué los electores son capaces de seleccionar a un candidato que no cree en la esencia del republicanismo ni en el mercado para dirigir una república capitalista? Nadie lo entiende.

Noviembre 01, 2009

El Frente Amplio le da la espalda a la democracia

Estado de negación

Ope Pasquet

La derrota de la papeleta rosada en el plebiscito del pasado 25 de Octubre está produciendo efectos sorprendentes y, desde el punto de vista democrático, francamente lamentables.

No nos referimos, obviamente, a la desazón que el resultado adverso causó entre los promotores de la anulación de la Ley de Caducidad.

Nos referimos al “estado de negación” –creo que era el título de un libro de Bob Woodward acerca del presidente Bush y la guerra de Irak- en el que cayó buena parte de la dirigencia frenteamplista y sindical al verse frustradas sus expectativas.

No se niega el resultado mismo ni su consecuencia jurídica inexorable (la enmienda constitucional no fue aprobada por el soberano), lo que ya sería demencial, pero sí su significado político evidente, que es que la ciudadanía no quiso anular la Ley de Caducidad.

Frente a este hecho, hay quienes siguen diciendo hoy, con toda calma y naturalidad, que “el pueblo uruguayo rechaza la ley de impunidad”. Tras sentar esta premisa, que es para ellos el equivalente de una verdad revelada para las personas de fe religiosa (es decir, una verdad que no admite prueba en contrario, ni refutación racional), los talibanes de la papeleta rosada dan resueltamente el paso siguiente, que es el de descalificar el veredicto de las urnas. Ya no pueden decir que se debió al temor de la población frente a los militares (Tabaré Vázquez es presidente, Gregorio Álvarez está preso). Por lo tanto, lo atribuyen a la desinformación de algunos, a la ignorancia de otros, a la “insensibilidad criminal” (alguien usó esta expresión) de otros más.

Naturalmente, a la cabeza de los grandes culpables están los medios de comunicación, pese a que el SÍ hizo campañas publicitarias que quienes se oponían a anular la ley no hicieron, y pese a que todas las mediciones muestran que los candidatos frentistas (partidarios de la anulación) tuvieron mucho más tiempo en las pantallas chicas que sus adversarios.

La Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad de la Ley de Caducidad en la semana del plebiscito, pero esta ayuda involuntaria a su causa –debida seguramente a la ciega rigidez de los plazos procesales, que los ministros de la Corte jamás manipulan- y su repercusión mediática tampoco fueron tenidas en cuenta por los personeros de la papeleta rosada, que siguen posando de víctimas de un “sistema” del que han pasado a ser los dominadores.

La verdad es que la segunda ratificación popular de la Ley de Caducidad no se gestó en las altas esferas del Poder Ejecutivo, del Parlamento ni de la Suprema Corte de Justicia, ni tampoco en los canales de televisión, ni en las cámaras empresariales, ni mucho menos en los cuarteles; no se debió esta vez al fuerte liderazgo que en su día ejercieron Wilson Ferreira y Julio María Sanguinetti, sino que surgió espontáneamente de los seis mil y pocos cuartos secretos diseminados por las ciudades, pueblos, villas y zonas rurales de todo el país, donde los ciudadanos uruguayos pudieron votar a conciencia y con libertad. Por eso los derrotados tienen nombres y apellidos, pero no hay nadie que pueda reclamar para sí la victoria.

A esta altura es por todos sabido que hubo muchos votos colorados y blancos con la papeleta rosada, así como los hubo frenteamplistas sin ella; no es posible, aunque a algunos les cueste admitirlo, trazar una línea divisoria que separe con claridad a los Buenos de los Malos. Votó la ciudadanía, no los partidos.

El pronunciamiento del Cuerpo Electoral merece acatamiento y respeto.
Sería bueno que lo reconociesen los falsos demócratas, esos que a pocos días del plebiscito, anuncian públicamente que ya traman nuevas iniciativas para ganar en la liga lo que perdieron, con todas las de la ley y el viento a favor, en la cancha.

lunes, noviembre 02, 2009

Día de los Difuntos vs. Día de los Vivientes


Otra paradoja: hoy se celebra el Día de los Difuntos y seguimos sin celebrar el Día del Emprendedor, el ser más viviente entre los vivos.

Es el emprendedor el verdadero factotum de una sociedad. Y la mueve no con sus músculos sino con su mente. El funcionamiento de nuestros pulmones, músculos o corazón es automático, no así el de nuestra mente, que es nuestra herramienta básica para sobrevivir. Al hombre le es dada la vida, no la supervivencia. Le es dado su cuerpo, no así su sustento. Le es dada la mente, no así su contenido.

Para mantenerse con vida el ser humano debe actuar y para hacerlo debe conocer la naturaleza y el propósito de sus acciones, optando ante alternativas en forma libre y volitiva. Cuánta más libertad y más opciones, más vida tendrá.

Y el principal fin del hombre es buscar su propia felicidad. El ser humano es un fin en sí mismo y no un medio al servicio de un Estado, de un partido o de un sindicato.

Celebrar la vida es celebrar nuestra contribucion a ella, asumiendo la responsabilidad de nuestros actos y aceptando que ningún sustituto puede pensar por uno, como ningún suplente puede vivir nuestras propias experiencias.

Si para ésto nos fue dada la vida, no podemos permitir la subordinación de nuestra mente a la mente de otros, puesto que esa seria la forma más vil de autodestrucción y autodegradación humana.

Son éstos, los verdaderos difuntos, los que han renunciado al uso de su mente al no innovar, al no mejorar, al no arriesgar. Son los que renuncian a la responsabilidad de pensar y actuar por sí mismos y entregan sus destinos a manos de líderes mesiánicos, a la suerte o a fuerzas celestiales en vez de conducirse por sus propias convicciones.

A estos difuntos en vida nadie los reconoce y nadie los recordará, pues poco han hecho por sus vidas y menos por las de los demás.

A los difuntos-muertos que hoy recordamos, es porque vivieron una buena vida y por eso están presentes en ésta. Como realmente vivieron a pleno, jamás murieron y jamás morirán.

Por eso "vive la vida de tal manera que a la hora de tu muerte sean otros los que lloren y tú el que sonría"

Gracias a dios el Lunes !!!

Guillermo Sicardi



PD: parte del texto de esta nota fue extraido del libro La Reberlión de Atlas de Ayn Rand.