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martes, agosto 23, 2011

Un nuevo impuesto absurdo, ideológico y mentiroso

El llamado Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales, es absurdo.
Lo es por creer que la riqueza y el poder está en tener "tierra", no en tener "conocimiento", "tecnología" o "mercados". Para los progresistas es más "peligroso" que una persona o empresa tenga mucha tierra, pero no es peligroso que una sola empresa, sin un metro cuadrado de tierra, sea el que monopoliza la producción cárnica del Uruguay, o maneja el 100% de la producción de cerveza, o explota el 100% del hierro o las telecomunicaciones.

Hoy, en un mundo donde las fronteras físicas tienen cada vez menos sentido, donde la riqueza la crean las mentes, no los metros cuadrados, el progresismo vernáculo arremete contra un valor cada vez menos valorado.

Hace 15 años hicieron lo mismo al defender "las empresas públicas", en especial Antel. Impidieron que un montón de trastos viejos se vendieran en U$S 2.000 millones de dólares y además nos condenaron a tener la peor conexión a la autopista de la información y la más cara, privando de oportunidades y de servicios a los uruguayos y las uruguayas. Si los progresistas no hubieran sido tan obtusos, los U$S 2.000 millones de ayer equivaldrían hoy a 33 años de recaudación de este absurdo impuesto, lo que lo haría innecesario.

Además, es un impuesto de base ideológica, no técnica.
La izquierda no entiende que el que TIENE más es porque HACE más y lo hace mejor. Conozco decenas de ex dueños de tierras que las trabajaron mal y por lo tanto no lograron hacer un negocio rentable. Luego vinieron los argentios de El Tejar, que trajeron tecnología, gente capaz, nuevos métodos de producción y un gerenciamiento profesional. Empezaron comprando unas pocas hectáreas y luego le compraron al vecino y al otro y al otro. ¿Por qué? Porque trabajaron BIEN y ahora el frente amplio castiga - una vez más - al que hace bien las cosas.

La ideología frentista está basada en el paradigma que "la riqueza no se crea: se hereda, se roba o se adquiere por suerte". Sólo un 25% de los uruguayos (y las uruguayas) creen que la riqueza se genera en base a la aplicación de talentos y virtudes. 

Este impuesto tiene la misma base ideológica que el también mal llamado Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, que en realidad es un impuesto a los ingresos.

"Que pague más el que tiene más" parece ser un principio de gran justica para los que creen que el que tiene más lo heredó (40%), lo obtuvo porque se aprovechó de otros (17%) o porque tuvo suerte (18%). No tiene nada de justo ni de moral para aquel que le quitan el fruto de su esfuerzo, planificación, riesgo, constancia y persistencia. El que tiene más es porque HACE más. Y el que hace más, es porque ES más (más responsable, más inteligente, más estudioso). 

En definitiva, el impuesto a la concentración de la tierra,  como el IRPF, es un impuesto a los talentos y a las virtudes.

El argumento impositivo que maneja el Gobierno es "la valorización de la tierra". Es cierto que quienes compraron tierra hace 6 años y la vendieron el año pasado ganaron fortunas. Pero esa gente ya pagó el Impuesto a las trasmisiones patrimoniales, el Impuesto a la Renta, el IRPF, Impuesto a las Comisiones Inmobiliarias y vaya a saber cuántos otros más.

Pero los que compraron esa tierras "caras" el año pasado, no ganaron un centavo y ahora tendrán que hacer un tremendo esfuerzo de producción, control, planificación y ventas, para sacar rentabilidad a esa inversión. A lo que se suma esta nueva carga.

Por último y no menos importante, es un impuesto mentiroso.
Los frentistas son muy buenos en ponerle lindos nombretes "marketineros" a sus iniciativas. Pero a diferencia del buen marketing que procura destacar los atributos diferenciadores de un producto, ellos se encargan de disfrazarlos.

Lo que parecía un impuesto a las "grandes extensiones", para "defender nuestra soberánía" o "impedir que el grande se coma al chico", se transformó en un nuevo impuesto al Patrimono, al "valor" de la tierra, no a su extensión.

Pagarán el impuesto los que tengan 2.000 hectáreas con índice CONEAT 100 (que es un índice de la fertilidad o bondad de la tierra). Pero también lo pagará aquel que tenga sólo 1.000 hectáreas con índice CONEAT 200 y NO lo pagará, el que tenga 3.999 hectáreas con índice CONEAT 50.

Pero tampoco lo pagará la persona o empresa que tenga 79.890 hectáreas de índice CONEAT 50, pero no en uno, sino en 20 "predios", ya que el impuesto no grava a quienes poseen la tierra, sino a los "predios" de más de 2.000 hectáreas. 

¿Absurdo y mentiroso, verdad? Parafraseando al Dr. Juan Vicente Chiarino, podemos decir que ésta es una nueva "engañifa" del Frente Amplio. Y van ...

lunes, agosto 08, 2011

"No se olviden de Cabezas", ni de las Joyas de la Abuela ...

Bajo la consigna "No se olviden de Cabezas" se reclamó durante muchos años que el crimen del periodista argentino, en manos de las mafias vinculadas a la policía y al empresario Yabrán, no quedaran impunes ni tapadas por la burocracia y la desidia estatal.

"No se olviden de Cabezas" se convirtió en un grito de guerra contra la injusticia, el peso prepotente del Estado en todas sus manifestaciones y un reclamo por mayores derechos y libertades del ciudadano común. De alguna manera, todos nos sentimos Cabezas.

Hoy que los Gobiernos de izquierda del mundo -e incluyo en la lista a los Estados Unidos- están viendo fracasar sus políticas intervencionistas por todo el orbe, desde Grecia a Venezuela, desde España a Estados Unidos y desde Argentina a Somalía, vuelven a atacar a los "Cabezas", a los ciudadanos comunes que quieren hacer su labor. Es más fácil silenciar a los Cabezas que a las corporaciones sindicales, a los empleados públicos privilegiados o a los políticos en connivencia con la peor casta de empresarios.

En vez de poner más impuestos a los que hacen, deberían quitarle privilegios a los que NO HACEN: los empleados públicos y los que reciben subisidios a cambio de nada.

Los Gobiernos de izquierda tienen que dejar de mirar al empresario, al cuentapropista y al emprendedor como la única fuente de saciar sus apetitos. El Estado tiene decenas de actividades innecarias, ineficientes e improductivas. Para empezar, las "Joyas de la Abuela"; y entes ellas, Antel, la que en algún momento se pudo vender en U$S 2.000 millones y hoy no vale un centavo.

Sigo con Pluna, con AFE, con ANCAP y la lista continúa. Sigo con los 5.000 empleados públicos de la Intendencia de Canelones y los 10.000 de la Intendencia de Montevideo y los otros miles que están de más en el resto de los municipios.

Es a ellos a los que hay que pedirles el esfuerzo que NUNCA hicieron. Si se sienten tan "solidarios" que renuncien a sus aguinaldos, ese 13avo sueldo anual "complementario", una suerte del premio impuesto, no merecido. Con esto se haría algo de justicia.

Por eso, parafraseando la frase del Titulo, deberíamos decir "No se olviden de las Joyas de la Abuela". Llegó la hora de venderlas. Y que sus felices nietos - los empleados públicos - que durante tantos años gozaron y vivieron en la comodidad de su regazo, se hagan cargo con los gastos del sepelio. Es hora de que crezcan.

Guillermo Sicardi

jueves, agosto 04, 2011

¿Vale la pena estudiar?

Este artículo lo escribí en setiembre de 2006 y sigue tan vigente ...
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Invertir en estudiar es lisa y llanamente una opción más de inversión y hay que ver si realmente ésta es buena y rentable.

En promedio, un título terciario de alguna de las 4 universidades privadas de nuestro país cuesta $ 363.333. Las que requieren mayor inversión son Ingeniería, Derecho, Escribanía y Economía, con valores superiores a los $ 400.000. Fuente: "El País" 20/11/2005

Por el tiempo y el dinero que uno dedica en obtener un título universitario, debería aspirar a un determinado "retorno de la inversión", tanto en dinero, como en satisfacción personal. Pero ... ¿es rentable invertir en educación en Uruguay, o es mejor dedicar ese dinero, tiempo y esfuerzo a otros menesteres?

Me hago esta pregunta luego de haber recibido un mail de "Oportunidades Laborales" de una prestigiosa Universidad privada, en la cual hay que invertir estos montos y 5 de los mejores años de la vida para graduarse y así tener la "oportunidad" de recibir ofertas como éstas:

EL CARGO: Auxiliar de Compras
RESPONSABILIDADES: Recepción de necesidades, contacto con clientes internos/externos. Manejo de costos, plazos y calidad. Confección de órdenes de compra en tiempo y forma. Coordinar, organizar y distribuir los ingresos de proveedores del interior.
 LA PERSONA: Entre 25 y 35 años, Graduado de Lic. en Estudios Internacionales o fuertes conocimientos de comercio exterior y negociación. Muy buen manejo de inglés. Total disposición horaria y aptitudes para negociar, resolutivo, dinámico y tolerante 
REMUNERACIÔN:$10.000 nominal

¿Cómo puede aspirar un Profesional de entre 25 y 35 años a formar una familia, tener una casa, comprarse un auto y vivir decorosamente con tan sólo 332 dólares por mes? ¡¡¡¡ Esto es 11 dólares por día, son 276 pesos !!!!! Estoy seguro que cualquier "malabarista" en un semáforo recauda más que esto y seguramente no necesite dedicar 5 años de su vida a dominar el arte de hacer bailar 3 limones en el aire.

Si obtener un titulo implica invertir unos U$S 15.000 necesito trabajar 4 años para facturar ese importe, pero como no tengo capacidad de ahorro jamás recupero el capital. En cambio, si ese monto se invierte en la simple tarea de prestarle dinero al Estado uruguayo para que siga financiando su abultado déficit obtengo aproximadamente un 10% anual y al final del período recupero todo mi capital. Todo esto SIN TRABAJAR, sin cumplir horarios ni asumir responsabilidades.

Esta situación habla muy mal del Uruguay.
Habla mal de las posibilidades que tienen los jóvenes de desarrollarse en su tierra. Habla mal del bajo nivel de exigencia de los consumidores que hace que las empresas no requieran contratar talentos para mejorar su gestión. Habla mal del Estado uruguayo, que está dispuesto a pagar altos intereses para seguir financiando su déficit desestimulando cualquier otra forma de inversión, entre ellas la inversión en educación. Y habla también mal de los costos de la  formación universitaria que no devuelve, en dinero,  la inversión requerida a sus graduados.

Aún así insistimos en que vale la pena estudiar. Pero deberemos cambiar muchas cosas para que sea algo realmente rentable;  económica, personal e intelectualmente rentable.