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jueves, agosto 16, 2012

Vincular Universidad y Empresa




por Guillermo Sicardi *

Durante décadas, la Universidad estuvo divorciada de la empresa y la empresa de la Universidad. En parte, por esa postura anti capitalista del co cogobierno monopólico universitario y en parte por el perfil de nuestro empresariado, que ha priorizado la experiencia práctica sobre el profesionalismo.
En Estados Unidos la situación ha sido muy otra. Las Universidades públicas y privadas han tenido un estrecho vínculo con la actividad empresarial desde siempre. Entendieron desde su propia génesis, que uno no puede vivir sin el otro y que ambos -trabajando en forma sinérgica- pueden lograr mucho más que estando divorciados. Y, más vale tarde que nunca, esto está sucediendo en Uruguay.


El Estado americano también entendió el potencial de esta comunión y decidió estimular las inversiones que las empresas hicieran en conjunto con las Universidades a través del sistema de Fundraising, que permite a las Universidades captar fondos para sus proyectos con “donaciones especiales” que realizan empresas y particulares, los cuáles reciben importantes beneficios fiscales.

Los resultados están a la vista. Silicon Valley surgió como un proyecto de la Universidad de Stanford que procuraba vincular a la “intelligentzia” universitaria con empresas e inversores para fomentar el emprendedorismo; y el Gobierno entendió que era mucho mejor renunciar al cobro de algunos impuestos, con el fin de favorecer la creatividad, la innovación y la creación de nuevas empresas. Bajo este esquema nacieron empresas del porte de MySpace, Google, Yahoo, Facebook y tantas otras. Hoy, si el estado de California fuera un país independiente, sería la 6ta economía del mundo.

Como todos sabemos, todo llega al Uruguay, aunque tarde y el régimen de las donaciones especiales no es la excepción. Fue establecido por Ley 18.083 de enero de 2007 y nuevamente regulado por Ley 18.834, en vigencia desde enero de este año. Nuestro sistema habilita que las empresas puedan destinar hasta el 5% de la Renta Neta Fiscal para realizar proyectos con las Universidades. Por ejemplo: una empresa que tuvo una renta de 1.000.000, pagará un IRAE de 250.000 (25%) y puede disponer de hasta 50.000 para donaciones especiales. Al aportar estos 50.000, el Estado le reintegra el 75% (37.500) en certificados de DGI y recupera como gasto a los efectos de IRAE el 25% del saldo (3.175). Por lo tanto, una donación neta real de 9.375, significan ingresos para el proyecto empresa-universidad de 50.000. La empresa recupera el 81,25% de la inversión.

Es un verdadero mecanismo ganar – ganar – ganar. Gana la empresa, gana la investigación universitaria y gana la comunidad. Las empresas ven mejorada su imagen corporativa al asociarse con proyectos de su interés particular, pueden vincular estos proyectos con sus políticas de Responsabilidad Social Empresarial, acercarse a la comunidad universitaria con  su red de networking global, además de involucrar a sus funcionarios a trabajar en proyectos desafiantes y detectar estudiantes avanzados que puedan ser incorporados a la empresa o que los nutran con nuevas ideas.

Durante los años que está en vigencia este sistema, empresas como Banco Santander, Ferrere Abogados, Frigorífico Tacuarembó, Schandy, BBVA, Zonamérica, Roemmers, Montevideo Shopping  y tantos otros, han utilizado este mecanismo con éxito, demostrando haber comprendido muy bien las palabras de Leonardo da Vinci: Los que se enamoran de la práctica sin la teoría, son como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca podrán saber a dónde van.”  

Trabajemos para que este vínculo entre Universidad, empresas y Estado, tenga ahora timón y brújula y todos sepamos a dónde ir.

Dr. Guillermo Sicardi, MBA
www.resultoria.com