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viernes, marzo 29, 2013

El estatismo municipal nos carcome

 
 
 
 
Como la Suprema Corte de Justicia va a declarar inconstitucional el ICIR (impuestos a la concentración de inmuebles rurales), ahora son los intendentes, (frenteamplistas, blancos y colorados) los que están dispuestos a ir contra el contribuyente para cobrar un nuevo impuesto y así poder tapar pozos y hacer caminería rural.
 
 
 
Hoy no lo pueden hacer porque TODAS LAS INTENDENCIAS (incluso las administradas por blancos y por colorados), gastan casi el 70% de los ingresos en sueldos y gastos de funcionamiento.
 
Hablan mucho de "la madre de todas las reformas", la reforma del Estado, pero ninguno tiene la voluntad ni la valentía de disminuir la cantidad de empleados públicos, la gran causa de la mayoría de nuestros males.
 
Canelones tiene 5000 empleados públicos, la mayoría ingresados durantes las pésimas gestiones de Hackenbruch (colorado) y Andújar (blanco) pero que Carámbula (frente amplio) jamás hizo nada para modificar. 
 
En Salto, lo que se recauda por impuestos locales, no alcanza para pagar los sueldos, apenas da para cubrir el 97%. Por lo tanto, cada vez que el Intendente Coutinho (Vamos Uruguay) corta una cinta inaugurando una obra, lo hace con dinero que le llega desde el Gobierno Central.
 
“Vamos a escuchar al presidente y le vamos a plantear la necesidad de encontrar alternativas de forma urgente”, dijo a El Observador el intendente de Colonia, Walter Zimmer.
 
Los intendentes (y en especial los blancos y colorados) deberían apuntar hacia la reducción de los gastos, no a los aumentos de impuestos. Es la hora que los empleados públicos -no los contribuyentes- sean los que carguen con el peso de generar ahorros. Deberán ver reducidos sus sueldos, renunciar a sus aguinaldos en forma "solidaria" con la población, reducir a 10 días de licencia paga (sin paga que se tomen licencia los 365 días del año), y por supuesto, eliminar cargos.
 
En los planes está  destinar US$ 500 millones para el mantenimiento de los caminos. De esa cifra en primera instancia  se prevé que US$ 50 millones se usen para comprar maquinaria por parte de las empresas regionales que se constituyeron por derecho privado. 
 
Estamos en un gran momento de creación de empleos que el Gobierno se jacta un día sí y otro también. ¿Por qué no aprovechan para pasar empleados de la actividad pública a la actividad privada? ¿Acaso no es un buen momento para hacerlo? 
 
No veo con qué argumentos los partidos Colorado y Nacional nos van a pedir que los votemos para sacar al Frente Amplio en Montevideo. ¿Cuál es la diferencia en la gestión de las distintas comarcas? ¿Pueden mostrar indicadores de gestión para que los podamos evaluar, como se evalúa a cualquier gerente en las empresas medianamente organizadas?
 
Por último y no menos importante. Uruguay no necesita 19 circunscripciones territoriales para administrar un pedacito de tierra de menos de 180.000 kilómetros cuadrados. Con 5 divisiones alcanza y sobra. Los Intendentes deberían proponer reducirse de 19 a 5. Seguramente si ahorramos todos esos costos de sueldos, burocracia e infraestructura innecesaria, no sería necesario volver a castigar al contribuyente.
 
Hasta el propio Poder Ejecutivo está organizando una "planificación estratégica" en este sentido. Dice Búsqueda: "Las regiones en las que el gobierno dividió el país son cinco: Metropolitana (Montevideo, San José y Canelones), Este (Maldonado, Rocha, Treinta y Tres y Lavalleja), Centro-Sur (Flores, Florida y Durazno),Litoral (Colonia, Soriano y Río Negro) y Norte (Artigas, Salto, Paysandú, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo)."
 
Pero no lo harán. Y al no hacerlo, perderán la poca credibilidad que les queda y nos seguirán sumiendo en la mediocridad y la pobreza.

De "milico" a emprendedor

por Guillermo Sicardi (*)
 
"En el ejército tienes que aprender a pensar sobre la marcha. Tienes que tomar decisiones de vida o muerte. Aprendes disciplina. Enfocas tu mente en la acción, sobre todo si estás en el frente o en operaciones. Todo esto es tremendamente útil en el mundo de los negocios".
 
Tiene razón Gay Shainberg, ex marine británico y vicepresidente de tecnología e innovación de British Telecom, al referirse a las habilidades que se desarrollan en el ejército israelí y que luego son aprovechadas por las más importantes empresas tecnológicas o por los propios militares que devienen creadores de empresas. Así lo documenta el libro "The Start Up Nation" ("La Nación Emprendedora"), que cuenta la historia del "milagro" económico de Israel de los últimos 30 años. (1)
 
Es que la ciencia del management surge de la práctica militar. Y los militares desarrollan durante su formación varias habilidades que hoy son extremadamente necesarias en las empresas uruguayas pero no se las está aprovechando como sí se aprovechan en Israel, como ser: la vocación de servicio, la disciplina, el respeto a la autoridad, el sentido de la urgencia o la responsabilidad individual.
 
Lamentablemente en Uruguay, los oficiales de las Fuerzas Armadas no son vistos como una cantera de talentos para el gerenciamiento de empresas sino como una amenaza latente para la democracia, gracias a la prédica constante de organizaciones políticas, sociales y sindicales que tienen los ojos en la nuca o, directamente, malas intenciones.
 
Pero lo cierto es que los actuales coroneles están en el entorno de los 40 años; la mayoría recién habían nacido cuando se dio el golpe de Estado en 1973 y al ingresar al Liceo Militar ya estábamos en plena democracia. Seguramente no fueron atraídos buscando beneficios o prestigio, ya que la institución estaba desgastada luego de doce años de dictadura. Ingresaron para desarrollar una vocación y cultivar una profesión.
 
En Israel es común que las empresas más innovadoras y emprendedoras cubran sus cuadros gerenciales con militares y reservistas, porque estas personas —luego de pasar por una sólida formación académica y por la experiencia del combate— saben resolver problemas bajo estrés, motivar a sus equipos, mantener la calma, cumplir los objetivos y, sobre todo, no rehuir la responsabilidad. "El ejército te enseña desde una temprana edad que cuando estás al mando tú eres el responsable de todo lo que pasa…y de lo que no pasa. La frase: ‘No ha sido culpa mía’, no existe en la cultura militar". (2)
 
El actual gobierno "cívico-sindical" (como bien lo definiera Horacio Castells, ex presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios) proclama los antivalores que no hacen progresar a las naciones: la no responsabilidad individual, sino la colectiva; la mediocridad en vez de la excelencia; la rutina en lugar de la innovación; el músculo sobre la mente y las prebendas antes que la meritocracia.
 
Sería bueno que los militares uruguayos que han tenido experiencia en los campos de batalla de Haití, el Congo o la península del Sinaí la lleven al campo de batalla de los negocios, como lo hacen sus colegas israelíes.
 
Para triunfar en el competitivo —y lleno de oportunidades— mundo de hoy, debemos pertrecharnos con las armas de la innovación, la iniciativa individual, la agilidad, el ejercicio del mando y la capacidad de asumir riesgos. Los militares saben de todo esto. ¿Qué esperamos para aprovecharlos en vez de seguirlos ignorando?
 
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(*) El autor es abogado, máster en Administración de Empresas, director  Resultoría en Solution Alliance (www.resultoria.uy) y cofundador de INICIADOR Montevideo, una ONG que promueve el "emprendizaje" (aprender a emprender)
 
(1) "The Start Up Nation", 2009, Dan Senor y Paul Singer. ISBN 978-84-615-7384-4, pág. 83
(2) Ob. Cit. pág. 87 
 
En este link pueden escuchar la audición en el programa Radio País de Radio Rural, conversando sobre este tema:http://portalrural.com.uy/radiorural/pais/viernes/3_parte.html 

Israel, ese “enano” emprendedor

por Guillermo Sicardi *
publicado en Semanario Búsqueda | jueves 28/DIC/2012
 
 
A Uruguay lo han calificado – con cierta razón- de “enano llorón”.  Creemos que por ser un “paisito”, otros más grandes tienen que hacerse cargo nuestro. Esta actitud a nivel internacional no refleja otra cosa que nuestra actitud a nivel local: el 75% de los uruguayos creen que sus problemas son “por culpa ajena”.
 
Israel también es un enano, pero no llorón. Es ocho veces más pequeño que Uruguay (22.145 Km2 vs. 176.215 Km2). Pero la riqueza de las naciones no se mide en superficie ni en recursos naturales (que son las riquezas no creadas por el Hombre), sino que se mide en capital intelectual y capacidad emprendedora (que sí son las riquezas creadas por el Hombre). Mientras Uruguay padece de “enanismo mental” en estos rubros, Israel es un gigante.
 
 Ellos son “pobres” en agua porque fundaron su país arriba de un desierto y nosotros somos “ricos” al estar parados (de pura casualidad) arriba del Acuífero Guaraní. Sin embargo ellos producen 2,3 millones de toneladas de hortalizas y nosotros apenas 690.000. Ellos usaron sus mentes para desarrollar los más modernos sistemas de riego, mientras nosotros usamos nuestras rodillas para rezar que llueva.  Si los dioses no nos mandan unas monedas de lluvia, se las pedimos al dios BROU; ¡ése sí que ayuda siempre a “los uruguayos más necesitados”!
 
 Israel vive en permanente guerra con sus vecinos. Cuando éstos se enojan, no arman un piquete con sillas playeras para bloquear un puente, sino que tiran cohetes Qassam y Grad, que portan 20 Kg de explosivos y tienen un alcance de 17,7 km. Los israelíes saben defenderse a sí mismos de los misiles, pero nosotros tenemos que llamar al imperialismo yankee para que nos proteja de un posible ataque con “sillas voladoras”.
 
Israel emprende. Aún bajo estas circunstancias, Israel brinda seguridad física, jurídica y política a sus ciudadanos. La tasa de homicidios es de 1,87 cada 100.000 habitantes (de las más bajas del mundo) y en el Uruguay solidario y progresista es de 4,3 (más del doble). Figura en el lugar 36 del ranking Doing Business 2012 (que mide las mejores regulaciones para hacer negocios), cuando Uruguay se desliza de mitad de tabla para abajo en el puesto 87.
 
 Israel educa. Cuenta con ocho universidades de primer nivel, entre las que se destacan las especializadas en ingenierías, como el Techion, el Ben-Gurión o el Instituto Weizmann de Ciencias quienes trabajan en forma estrecha con el mundo empresarial. Bien diferente por cierto a la recién votada UTEC (Universidad Tecnológica del Interior). De cada 10000 empleados, 140 son ingenieros, frente a los 70/10000 de Estados Unidos o los 65/10000 de Japón. Uruguay produce la menor cantidad de ingenieros de la región.
 
Israel innova. Es el “Silicon Valley” del medio oriente. Daniel Goldman, de Inmentor, nos cuenta que la producción israelí en TIC (Tecnologías de la Información) fue de 18,5 mil millones de dólares, equivalentes al 50% del PBI uruguayo. Son los inventores del WiFi y del “pendrive” (Disc on Key). Allí facilitaron la instalación de empresas como INTEL, IBM, Cisco, HP, Microsoft, Motorola o Google, que se nutren de buenos profesionales y buenos emprendedores. Las multinacionales son bienvenidas.
 
Israel arriesga. Ocupa el 2do puesto -después de EE.UU- en disponibilidad de  capital de riesgo (VC) lo que permite a los emprendedores contar con el combustible necesario para convertir sus ideas en negocios y no aspirar a un empleo público (como aspira el 63% de los uruguayos). Nos dice Goldman: "Los israelíes no aceptan el imposible como realidad y aplauden el fracaso, ya que significa que al menos hubo un intento".
 
 Israel es solidario (en serio). Tiene una cultura de apoyo mutuo realmente sensata y sincera. Entienden la solidaridad como lo que es: una  “adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros” y no un simple dar limosnas o defender al inepto, como parecen entenderlo por estas latitudes. Así, la Escuela de Medicina Safed (Bar-Ilan University) con sus programas “generadores de inclusión”, la responsabilidad corporativa de empresas como Intel Kiryat Gat y generosas becas de estudio, no dejan a nadie sin su oportunidad.
 
Todo esto ha llevado a que Israel (o los israelíes) se destaquen por sus varios premios Nobel, sus científicos, sus patentes de invención, sus literatos, músicos, empresarios o artistas y sobre todo por sus ciudadanos, que han sabido mantener viva la democracia republicana dentro de un contexto tan adverso.
 
No es de extrañar que nuestros actuales gobernantes se distancien diplomáticamente de Israel, porque en realidad están distanciados de los valores que Israel representa.
 
 
Contra nuestras mejores tradiciones libertarias, nos estamos acercando a los fanáticos que quieren exterminar a Israel -no sólo como Estado- sino como oasis de libertad, democracia, emprendedorismo y uso de la razón y así seguirse arrastrando por las desérticas arenas de la mística, la intolerancia, la ignorancia y la sinrazón.
 
 
 
 
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*  Guillermo Sicardi es Abogado, Máster en Administración de Empresas, Director del Instituto de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la Universidad de la Empresa, co fundador de INICIADOR Montevideo y Socio de Resultoría en Solution Alliance www.resultoria.com | guillermo@resultoria.com 



Los que hoy cosechan, no son los mismos que ayer sembraron.

publicado en Búsqueda el jueves 20 de diciembre de 2012
por Guillermo Sicardi *
 
 
La “Ley de la cosecha” dice que para recoger frutos hoy,  antes hubo que labrar la tierra, sembrado las semillas y cuidado los cultivos. Así también lo afirma el milenario Kybalión: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con la ley. Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; hay muchos planos de causación, pero ninguno escapa a la ley".
 
Los emprendedores conocen muy bien esta regla. Saben que nada se logra por pura “suerte” y que “no hay almuerzo gratis”, sino que los logros son fruto del trabajo consciente,  la persistencia y la autoconfianza. El que tiene más, es porque hizo más.
 
Cosechar es mucho más fácil que sembrar. El que siembra una semilla o una idea, tiene que tener una gran visión de futuro, asumir riesgos y desafiar el statu quo. El hombre-masa no quiere cambios. Prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer. Para estos “hombres mediocres” (al decir de José Ingenieros) “el horror a lo desconocido los ata a mil prejuicios, tornándolos timoratos e indecisos, nada aguijonea su curiosidad; carecen de iniciativa y miran siempre al pasado”.
 
Esta cultura de conducir mirando por el espejo retrovisor mata a las empresas y mata a las naciones. Jon Madonna, ex CEO de KPMG Internacional, decía: “Nada detiene más rápido a una organización que aquella gente que cree que la forma en que trabajaban ayer es la mejor manera para trabajar  en el mañana. Para tener éxito, no sólo es necesario que su gente cambie la forma en que actúa, sino que deberían cambiar la forma en que piensan acerca del pasado”.
 
Cuando un obrero comete un error grave es probable que pierda su empleo. Cuando un Gerente General comete un error grave, es probable que todos pierdan el empleo. Y cuando un gobierno comete no uno, sino varios errores graves, es probable que muchísima gente pierda sus empleos.
 
Hay que saber diferenciar a los gerentes (que administran el día a día) de los líderes empresariales (que administran el futuro). Lo mismo sucede con los políticos: están los que dicen lo que la gente quiere oír y están los que hacen lo que hay que hacer. Los primeros son simples gobernantes, los segundos, son estadistas.
 
Los gobernantes de hoy están recogiendo los frutos de las transformaciones que  sembraron los estadistas de ayer: la Ley Forestal permitió atraer las impresionantes inversiones de las papeleras; la ley de puertos, privatizó las operaciones portuarias y hoy Uruguay es un gran polo logístico; y la ley de zonas francas permitió crear Zonamerica, un parque tecnológico y de negocios que todos coindicen en decir “esto no parece Uruguay”.
 
En las empresas son siempre los mismos los que frenan los cambios; aún aquellos que los benefician. Luego que se implementan las mejoras, nadie quiere volver atrás., pero pocos reconocen su error y menos aún piden disculpas por las pérdidas ocasionadas. Y absolutamente nadie se hace cargo de los costos que causaron por frenarlas.
 
Con los ciudadanos y votantes sucede algo similar. Hoy el Frente Amplio está recogiendo los frutos de las reformas “neoliberales” de la década de los ´90, que con tanto furor atacaron y hoy con igual furor disfrutan. Pero ya nadie recuerda los obstáculos al crecimiento que ellos mismos levantaron.
 
Si los uruguayos seguimos actuando como un “paisito”, como un “enano llorón”, condenados a recibir golpizas de los bravucones del barrio, jamás podremos aspirar a ser un país de primera como lo son Nueva Zelandia, Canadá, Finlandia o Noruega. Debemos elevar nuestras miras.
 
Los grandes líderes empresariales y los grandes estadistas, lo que hacen es sembrar las semillas de la libertad individual, la eficiencia, la apertura al mundo y el desarrollo tecnológico y cultural, eliminando los yuyos de los monopolios, la protección al ineficiente, la rutina, la igualación hacia abajo y la falta de transparencia, que sólo genera negociados y corrupción.
 
Está muy claro que los que hoy cosechan estos buenos frutos, no son los mismos que ayer los sembraron. Y ya podemos ir aventurando  qué tipo de cosecha recogeremos mañana, con las magras semillas que se están plantando hoy.