Buscar este blog

miércoles, marzo 22, 2023


NAYIB BUKELE: EL SALVADOR
por Guillermo Sicardi - Semanario Búsqueda - Jueves 16 de marzo de 2023


La tasa de homicidios en El Salvador bajó de 51 homicidios cada 100.000 habitantes en 2018 a 15 homicidios cada 100.000 habitantes en 2021 (y hoy este guarismo debe ser aún menor, ya que hace más de 300 días que no se registra un solo asesinato). En un país asolado por 12 años de guerra civil, malos gobiernos de izquierda (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional – FMLN) y también de derecha (ARENA – Alianza Republicana Nacionalista) y luego por las violentas pandillas (maras), la caída en los delitos tiene una sola explicación: Nayib Bukele.

Para comparar, tengamos en cuenta que Uruguay (un país de llanuras suavemente onduladas, una población de apenas 3,5 millones de habitantes, una clase media robusta y un sistema democrático sólido) tiene una tasa de homicidios de aproximadamente 12 muertos cada 100.000 habitantes. En El Salvador viven más de 6,5 millones de personas en un territorio que es casi 9 veces más pequeño que Uruguay, apenas 21.000 km2 vs los 177.000 de nuestro “paisito”. Su PBI per cápita es de apenas U$D 4.500 vs. los U$S 18.500 nuestros. La tasa de analfabetismo es de 6.6% en todo el país y llega al 15,7% en el área rural, mientras en Uruguay es de apenas el 1,5%. En materia de percepción de corrupcion, ocupan el lugar 118 entre 180 países evaluados y Uruguay el lugar 18.

Estos pocos datos comparativos nos muestran que, a pesar que El Salvador es un país más pobre, más ignorante, más superpoblado y mucho más corrupto que el nuestro (todas condiciones favorables para que surja el delito), la tasa de homicidios es similar y los uruguayos no logramos controlar, gobierne quien nos gobierne.

El éxito de Bukele es que aplicó normas claras y firmes contra los delincuentes (en especial contra las pandillas) quienes controlaban barrios enteros, manejaban el narcotráfico, chantaje a los comerciantes y ciudadanos a quienes pedían una suerte de “impuesto” a cambio de no matarlos a ellos o a sus familias (tal como hacía la mafia en Estados Unidos).

El éxito de este plan se basa en estas acciones:

Un Plan de Control Territorial, que tiene como objetivo “ocupar” el territorio por parte del Estado, fortaleciendo las instituciones de seguridad, la implementación de programas sociales y la inversión en infraestructura. 

Utilizar a las Fuerzas Armadas como herramienta de seguridad para combatir a las maras, quienes estaban mejor equipadas que la propia policía, dado el dineral que manejan.

Duro combate al narcotráfico, mayoritariamente manejado por las propias pandillas, confiscando sus bienes, arrestándolos y  extraditando sospechosos a Estados Unidos (recuerden que estas “maras” surgieron en los barrios de Los Angeles por emigrantes salvadoreños, como la M13, la M18 o la MS Mara Salvatrucha).

Control migratorio estricto que incluye la construcción de barreras físicas en la frontera con Guatemala y la implementación de medidas para limitar la entrada de migrantes.

Uso de tecnología de última generación para mejorar la seguridad, como la implementación de cámaras de vigilancia y la creación de una aplicación móvil para denunciar delitos en forma anónima

Y tambén acaba de inaugurar una gigantesca, moderna y segura cárcel que puede albergar más de 50.000 reclusos.

Los “buenistas” del mundo que ocupan cargos en ONG´s, organismos defensores de derechos humanos, iglesias, universidades o el medios de comunicación, están horrorizados con las políticas de Bukele. Les parece horrible que los presos apenas cuenten con una muda de ropa, que duerman sin colchones, que no puedan usar celulares ni ver televisión y que coman tortilla de maíz y frijoles, sin nada de pollo; a lo que Bukele les responde que los muertos que ellos asesinaron duermen sobre lápidas más frías o que mientras haya niños, embarazadas o ancianos que ni siquiera comen tortilla y frijoles, él no va a destinar recursos públicos para los delincuentes, hasta no mejorar las condiciones de vida de los honestos. De hecho, les cobra unos U$S 170 por mes por el “alojamiento” que ocupan.

Parte de las medidas fue decretar el estado de sitio, limitando algunos derechos ciudadanos lo que para muchos amenaza el "mantener el estado de derecho". Por supuesto que hay que defender el estado de derecho, pero el problema es que el estado de derecho anterior (en forma similar a lo que sucede en Uruguay) ha estado más al servicio de los delincuentes que de los honestos. Si bien los buenistas están en contra de Bukele, los salvadoreños parecen aceptar de buena gana sus políticas, ya que cuenta con más del 91% de aprobación. Para ellos, Nayib Bukele es “el salvador” (de la muerte, el miedo y la corrupción).

Y no crea que Bukele es hijo de la “derecha rancia”, de la oligarquía o es militarista. Si bien es hijo de un próspero empresario y tiene dinero suficiente como para donar su sueldo de presidente para financiar becas de estudio, Nayib Bukele fue Alcalde dos veces fichando por el FMLN y su agencia de publicidad manejó las campañas electorales de candidatos de izquierda y comunistas.

Esto no se arregla con paños tibios. Mire lo que es un “marero”. Mire su rostro y su cuerpo, tatuado hasta el último rincón con signos de muerte y violencia. Mire lo que son sus códigos éticos, entre los cuales está el asesinar a sangre fría a un transeunte cualquiera como prueba de “iniciación” a esa mafia. Mire si están arrependidos. Mire como ellos sí aplican la pena de muerte todos los días, pero sin jueces, ni abogados, ni garantías. Mire cómo se comportan con sus congéneres. No parecen humanos, sino más bien animales. Y no cualquier animal, sino unos violentos, salvajes e indomesticables.

Si usted cree que puede tener una hiena como mascota en su casa, entonces crea que estos pandilleros pueden ser recuperados con clases de yoga, comida vegana y música clásica. Y en ese caso, acepte la oferta de Bukele: le ofrece pagarle el viaje a cualquier marero hasta la puerta de su casa. Usted lo aloja junto a su linda esposa y su adolescente hija. Seguro que vivirán felices y comrán perdices. Los buenistas del mundo se lo agradecerán.






No hay comentarios.: