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jueves, agosto 18, 2022

Emprendedores con Endeavor


Emprendedores con Endeavor

por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves 18 de agosto de 2022.



El pasado jueves 11 de agosto asistí a la Mega experiencia Endeavor, un evento donde esta organización internacional sin fines de lucro mostró de qué manera apoyan y potencian el crecimiento de empresas locales para llevarlas al mundo.

Entre las empresas uruguayas que fueron mentoreadas por el equipo de Endeavor se encuentran Pedidos Ya, d-Local, Lolita, Memory Computación, SEG Ingeniería o TiendaMía (entre otras), las que pudieron escalar a nivel internacional.

Esto no es sólo bueno para estas empresas, sino que también es muy bueno para nuestro país. Es algo similar a lo que sucede con un buen jugador de fútbol celeste que se luce en el exterior: cuando la gente lo ve jugar se pregunta ¿de qué país es? y si ese país pudo lograr un jugador tan bueno, ¿acaso no habrá otros tan destacados? El mismo efecto se obtiene cuando los emprendedores uruguayos trascienden fronteras: atraen la vista de nuevos inversores y busca talentos hacia Uruguay.

El evento tenía una suerte de slogan que comunicaba su propósito: “inspirar, capacitar & hacer networking”. Si bien estos tres son factores muy importantes para emprender, me quiero detener en el primero: inspirar. 

Todas las historias personales que se contaron detrás  de cada emprendimiento tuvieron componentes de creatividad, sacrificios, correr riesgos, planificar  persistir aún ante resultados desanimantes. Escucharlas, realmente motivaba, emocionaba o inspiraba.

Si nuestros jóvenes escucharan este tipo de historias en las escuelas, liceos y universidades, seguramente muchos de ellos pensarían en emprender por sí mismos o emprender dentro de las empresas que los emplean. También estos relatos sirven para entender el rol y los valores que tiene que poner un emprendedor en acción para llevar adelante el negocio.

Hay que reconocer que los emprendedores tienen cualidades personales muy particulares, como las tiene cualquier otro arte o profesión. Y así como valoramos las cualidades técnicas de un jugador de fútbol, lo protegemos, lo alabamos y no nos molesta que cuente sus ingresos por millones, también deberíamos reconocer la capacidad de los emprendedores de traernos productos y servicios de mejor calidad o precio, generar empleos, pagar impuestos y dar la oportunidad de tener un trabajo y un ingreso a que ellos que no podemos generarlo por nosotros mismos.

Si esto mejor se comprendiera, seguramente muchos sindicatos y fuerzas políticas dejarían de poner su mira sobre la cabeza del empresario y trabajarían más coordinadamente para potenciar los talentos de unos y la capacidad de ejecutar de los otros. Así, sin duda seríamos una sociedad mucho más próspera.


viernes, agosto 12, 2022

El networking como ascensor socioeconómico


El networking como ascensor socioeconómico

por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves 11 de agosto de 2022.


“Dime con quién andas y te diré quién eres”. Este refrán tiene (en parte) razón. El ser humano es un ser gregario y tendemos a relacionarnos con “gente como uno”, pero no siempre elegimos “buenas compañías”. Un reciente estudio de la Universidad de Harvard (publicado en la revista Nature ), concluye que “crecer en una comunidad conectada entre clases (ricos y pobres) mejora el resultado de los niños (en el correr de sus vidas) y les da una mejor oportunidad de salir de la pobreza”.

El New York Times  escribe sobre esta investigación diciendo que “el estudio trata de cuantificar el efecto de varias maneras. Creo que uno de los más nítidos compara a dos niños similares que provienen de hogares de bajos ingresos: uno que crece en una comunidad donde los contactos sociales provienen principalmente de la mitad inferior de la distribución socioeconómica, y otro que crece en una comunidad donde los contactos sociales provienen principalmente de la mitad superior. La diferencia promedio entre los dos, en términos de los resultados esperados en adultos, es significativa entre un niño que crece en una familia que gana $27,000 al año y uno que crece en una familia que gana $47,000”.

El estudio procura sumar elementos para definir mejores políticas de movilidad ascendente, y si bien la educación es un factor clave para lograrlo, lo cierto es que si los jóvenes, aun cuando recibieran la mejor educación posible lo hacen dentro de su grupo socioeconómico y cultural, los avances no son tan buenos como si el grupo  estuviera integrado por miembros de diferentes clases sociales.

Es que no se trata solo de dinero. Los pobres suelen ser pobres porque piensan en términos de escasez, en cambio, los ricos suelen ser ricos, porque piensan en términos de abundancia. El Robin Hood Index lo muestra claramente: si se repartiera toda la riqueza en partes iguales, en pocos años el 80% de los ricos volverían a ser ricos y el 80% de los pobres volverían a ser pobres.

Además, la expectativas sobre el futuro y el abanico de opciones que surcan la mente de ambos segmentos, es bien diferente. Si en tu entorno conformado por familiares, vecinos, amigos y conocidos, la mayoría de ellos tienen empleos básicos, viven en viviendas pequeñas y ni siquiera se animan a pensar en proyectos más ambiciosos, eso sin duda influye en el joven, que de alguna manera se auto censura a pensar en grande.

En cambio, cuando ese joven se ve capaz, inteligente, decente, generoso y dispuesto a esforzarse para salir adelante en la vida (sea laboralmente, en el deporte, socialmente o para conformar una familia), se da cuenta que tiene las mismas o más cualidades que su compañero “rico”, eso le da la confianza para lanzarse a nuevas aventuras.

Además, esa red de contactos que se crea en el liceo y la universidad, facilita que las personas mejor ubicadas en la escala social, estén dispuestas a abrirle las puertas y oportunidades a ese compañero que -si bien su familia no supo o no pudo hacer dinero- se trata de una persona inteligente y confiable. Entonces, ¿por qué no tenderle una mano? 

Según Raj Chetty, economista de Harvard y uno de los cuatro autores principales del estudio dice que “parece haber tres mecanismos principales mediante los cuales las amistades entre clases pueden aumentar las posibilidades de una persona de escapar de la pobreza. El primero es la ambición aumentada: la familiaridad social puede dar a las personas un sentido más claro de lo que es posible. La segunda es información básica, como cómo solicitar ingreso a la universidad y ayuda financiera. El tercero es la creación de redes, como obtener una recomendación para una pasantía”.

Al igual que Facebook, el mal sistema educativo público ha hecho que las personas con un poco más de poder adquisitivo traten de enviar a sus hijos a colegios privados, y lo más paradójico es que ni siquiera lo hacen para que aprendan más (cosa que lamentablemente no sucede), sino para asegurarse que tengan clases todos los días y se relacionen mejor socialmente. Esto genera sesgos y brechas difíciles de cerrar.

Como yo fui a la escuela pública en la década del 60, sé de las ventajas de esa integración social que se daba naturalmente en el aula y en los recreos. Por eso creo que hay que implementar urgentemente el sistema de “vouchers” escolares, para que cada joven reciba una suerte de cheque que pueda usar para pagar su educación, sea en una institución pública o privada. Algunos colegios tomarán ese cheque a cambio del curso completo y otros cobrarán un plus, pero eso permitirá que los jóvenes reciban mejor educación (por la propia competencia entre colegios públicos entre sí y entre colegios privados) y, además, se integren socialmente y eso sirva de ascensor social.

La prueba del nueve a esta iniciativa es muy sencilla: pregúnteles a los padres a qué colegio quiere enviar a sus hijos si no tuvieran una restricción económica y estoy seguro que escogerán mejores opciones que las que reciben hasta ahora. Que se haga. Por el bien de los jóvenes y por el bien de toda la sociedad.

 


martes, agosto 09, 2022

Los planes sociales.


Los planes sociales.

por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves 4 de agosto de 2022.



  • “No quiero trabajar por la misma plata que gano por quedarme en mi casa cobrando un plan"

  • “Tengo 34 años y si el plan durara hasta que tuviera 50 años, ¡sería un golazo!”

  • “Y a vos ¿qué carajos te importa si tenemos hijos como conejos o no? ¿Qué carajos te importa si queremos vivir del Estado?”

  • “Esto no es mi problema, es problema del presidente. Si no te gusta, renuncia (a tu trabajo) y ponete a cobrar planes”

Palabras más, palabras menos, éstas son declaraciones de Mariana Alfonzo, una argentina con cinco hijos (el primero lo tuvo a los 15 años), terminó el secundario, se expresa muy bien, pero trabaja de “planera”, recibiendo dinero del Estado a cambio de hacer nada, a través de diferentes planes sociales que son asignados por militantes políticos del peronismo llamados “punteros”.

Esta mujer no siente culpa alguna por recibir un dinero que el Estado le quita a quienes sí trabajan de sol a sol, incluso a su propio ex marido y padre de sus hijos, que se levanta a las cuatro de la mañana para trabajar en la construcción. Su ex marido le dice que es una vaga y ella se siente “discriminada” por tal calificación.

Este tipo de planes sociales no ayudan a la gente a salir de la pobreza sino a mantenerla en ella indefinidamente, porque -como bien dice Mariana- “si te parece que están comprando los votos (con los planes), ¡bárbaro!, ¡que compren los votos!.”

¿De quién es la culpa que la Argentina haya caído a estos niveles de degradación moral?. ¿Es culpa de las “Marianas” o de la denominada “casta política”, que crea las reglas donde termina siendo más conveniente garronear que trabajar?.

Mariana recibe 70,000 pesos argentinos de diferentes planes sociales y logra otro ingreso similar con algunas “changas” informales, pero que no se registra formalmente como monotributista, porque, al hacerlo, perdería los planes y subsidios. Por eso en la Argentina casi un 50% de su economía está “en negro”, porque estar “en blanco”, no rinde.

A otra mujer que estaba en un piquete con su pequeña hija le preguntan ¿por qué estaba allí? y ella responde alegremente que hacer piquetes era “su trabajo”. Y el motivo del reclamo es que ahora el gobierno pretendía hacerla trabajar a cambio del apoyo económico que recibía, pero eso le parece que “no es justo” .

Esta “Argentina planera” fue creada intencionalmente por el peronismo para que la gente no pueda ascender por sus propios méritos (apoyados sí por el Estado, cuando corresponda) ya que el propio presidente Alberto Fernández no cree en ello: “el mérito no es el camino para crecer”. 

Como bien dice el dicho: “cuando las parvas de tus vecinos veas arder, pon las tuyas en remojo”. Salvando las enormes distancias que nos separan de “esa manga de ladrones del primero al último”, en Uruguay también tenemos a los amantes de los subsidios, del “Estado presente” y hasta del “ingreso básico universal”.

Es una suerte tener el caso argentino tan cerca, como una guía para gestionar la cosa pública, ya que nos marca un claro camino: debemos hacer exactamente todo lo contrario a lo que hacen ellos. 

No caigamos en la trampa del populismo. Ya vemos en la degradación económica, política y moral a la que siempre arrastra a las sociedades donde se aplica.