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viernes, abril 28, 2023

OTRO PREVISIBLE 1ERO DE MAYO


OTRO PREVISIBLE 1ERO DE MAYO

por Guillermo Sicardi - Semanario Búsqueda - jueves 27 de abril de 2023.


El próximo 1ero de mayo habrá un acto del PIT-CNT celebrando el día del trabajo y será tan previsible como todos los anteriores. Habrá discursos encendidos contra el gobierno (por cualquier tema y por cualquier asunto); se repetirán trilladas y tergiversadas palabras como solidaridad, trabajo digno, conquistas laborales, explotación, desigualdad, hambre o justicia social. Y, como no podía ser de otra manera, se dirán muchas falacias, porque sin ellas, sería como si le faltara “la marca en el orillo” a la gastada tela del PIT-CNT.

La primera falacia es que este acto lo organiza una central sindical que dice velar por los derechos de los trabajadores y cuya visión corporativa (es decir, hacia donde se dirigen y cuáles son sus aspiraciones de largo plazo), es: “Construir entre todos una sociedad más justa y solidaria, donde los medios de producción y de servicios estén en manos de los trabajadores. Para llegar a un Uruguay, un mundo, en el cual no existan explotados ni explotadores”. Una definición marxista de cabo a rabo.


El marxismo ha sido el peor enemigo de los trabajadores (y de todos los seres humanos que sufrieron bajo su mandato), salvo la clase dirigente que vivieron (y viven) como reyes.

Los principales dirigentes del PIT-CNT son comunistas, y el comunismo, durante los últimos cien años, mató a más de 150 millones de seres humanos, entre asesinatos directos, purgas, encarcelamientos, trabajos forzados en campos de concentración (a los que eufemísticamente llamaban “campos de reeducación”) y sobre todo por enormes hambrunas provocadas por haber eliminado la propiedad privada, sometido a los campesinos a seguir programas de producción ineficientes y por saquearles el fruto de su esfuerzo para dárselo al partido, quien lo iba a “redistribuir” en forma justa e igualitaria. Nada de esto sucedió.

Aplicando el neolenguaje descrito por George Orwell en su novela 1984, los discursos utilizarán pocas y simples palabras con contenidos muy emotivos, pero en el fondo ellos le dan otro significado del que aparece en la superficie. La frutilla de la torta es la palabra “solidaridad”, que la interpretan como ayudar al pobre, darle asistencia infinita y solucionarle todos sus problemas: educación, vivienda, salud y hasta algún espectáculo tildado de “cultural”. Pero el diccionario de la Real Academia define la solidaridad como la “adhesión circunstancial a la causa o empresa de otro". Primero tener una meta y luego recibir un apoyo transitorio. Ni el empleo público, ni los subsidios, ni las ollas populares, son solidarios. Son esclavizantes.

Terminar con la propiedad privada y expropiar los medios de producción y de servicios para que queden en manos de los trabajadores, es el camino más directo a la miseria de esos mismos trabajadores. El derecho a la propiedad privada e individual es un derecho humano tan importante como el derecho a la vida, porque cuando el partido, el sindicato o el Estado se quedan con esos bienes de producción y los asigna a quien al burócrata le plazca, te pueden dejar literalmente sin herramientas para ganarte tu propio sustento y así, condenarte a la miseria o a la misma muerte.

Ellos creen que, al terminar con los medios privados de producción, se terminan con las clases dominantes (que acumulan el capital) y dejan de explotar a la clase trabajadora oprimida que solo tiene su mano de obra para ofrecer. Esto es tan falso en la teoría como en la práctica.

Para empezar, en un régimen capitalista de libre mercado, donde hay miles de oferentes (comerciantes) ofreciendo sus productos y servicios, sólo gana aquel que tenga el mejor producto, el mejor precio y/o el mejor servicio. El comerciante no es un explotador, sino un benefactor, que no solo ofrece sus productos en intercambios libres y voluntarios, sino que ofrece trabajo para aquellos que no pueden o no saben crearse el suyo propio.

En cambio, donde sí hay explotados es en los regímenes comunistas, socialistas, estatistas o mercantilistas, donde un solo oferente monopólico (sea público o privado) o un oligopolio (unos pocos se reparten el mercado), se aprovechan tanto del consumidor como del empleado, quienes no tienen opciones para elegir donde comprar o donde trabajar.

Los abusos más espantosos en las relaciones laborales no se dieron en la Revolución Industrial (donde vemos fotos de fábricas del 1800 en adelante, con condiciones que a nuestros ojos del siglo XXI nos resultan espantosas), sino que se dieron en los regímenes comunistas como en el de la Rusia con Stalin, en la China de Mao, en la Cuba de Fidel, en la Camboya de Pol Pot, en la Albania de Hoxha o actualmente en la Venezuela de Maduro, donde tuvieron a millones de ciudadanos viviendo como verdaderos esclavos. ¡Qué me vienen con la ley de las ocho horas y los mártires de Chicago!

El otro error es “defender los puestos de trabajo”, aunque estos sean obsoletos, improductivos y sin valor agregado. Los sindicatos hacen paros y dan batallas para defender el innecesario puesto de guarda de ómnibus , o los cajeros de banco o los cobradores de peajes. Todas estas tareas rutinarias ya desaparecieron o desaparecerán prontamente por los avances de la robótica y la tecnología, como bien lo señala el informe The future of employment de la Universidad de Oxford. Lo que sí hay que defender no es al puesto de trabajo sino a la persona que lo ocupa, dándole capacitación técnica y nuevas competencias. Pero la desastrosa educación pública uruguaya (en gran parte gestionada por los propios sindicatos de izquierda) los condena al fracaso.

Por último -y no menos importante- la enorme falacia de la justicia social, que es, en realidad, una gran injusticia. Parte de la base del ideal de la igualdad, no sólo de la igualdad de oportunidades al inicio (que puede ser una iniciativa compartible, aunque jamás será 100% realizable), sino de la igualdad de resultados, es decir, que todos tengan lo mismo.

Como bien decía Margaret Thatcher, el socialismo logra esa igualdad, pero siempre para abajo: todos iguales y todos pobres. Vean lo que es Cuba o Venezuela, e incluso Argentina: unas grandes villas miserias a pesar de contar con recursos naturales y humanos, que otrora gozaban de un buen bienestar. La única manera de lograr esta igualdad es a punta de pistola. ¡Y vaya si los comunistas la han usado a diestra y siniestra y sin ningún tipo de pudor ni arrepentimiento!

Hay que terminar con otro mito que repiten los buenistas: que la idea del comunismo es linda en teoría, pero impracticable en la práctica y que siempre que se aplicó falló, no porque la idea sea mala, sino porque los que la aplicaron se desviaron del camino. En otras palabras: el problema no es la receta, sino el chef. Pero resulta que en cien años de usar esta receta y de haber probado miles de chefs, ninguno logró entregar un plato decente. Todos estaban podridos y malolientes.

Tan es así, que en 1620, cuando viajaron un grupo de puritanos desde Inglaterra en el barco Myflower a lo que luego sería Estados Unidos, liderados por John Carver y luego de su muerte por William Bradford, organizaron la primera colonia en Plymouth bajo un régimen comunitario: todo era de todos y nada era de nadie. Cada uno trabajaba según sus capacidades y todos recibían los mismos frutos. ¿Qué creen que sucedió? Las cosechas obtenidas fueron un rotundo fracaso, porque no había estímulos para esforzarse más y los haraganes (que siempre los hay en todo grupo humano) recibían su parte haciendo poco o nada, viviendo del esfuerzo de otros.

Luego Bradford cambió las reglas de juego y le asignó a cada familia una parcela para que cada uno la explotara a su suerte. La siguiente cosecha fue un verdadero éxito y a partir de allí se festeja el Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias), agradeciendo la abundante cosecha obtenida (en realidad no tenían que agradecerles a otras personas, ni a los dioses, sino a ellos mismos).

Por último, espero que dirigentes de la coalición de gobierno, empresarios o académicos, no vayan a este acto a hacer la claque para sacar patente de “no facho”, creyendo ingenuamente que van a ser mejor tratados por esta manga de fedayines del primero al último. No hagan la de Chamberlain y sus “apaciguadores”, que creían que, siendo tolerantes con Hitler, éste no iba a invadir Inglaterra. Pero cuando Chamberlain volvió de Alemania blandiendo un papelucho (que suponía un acuerdo de no agresión), Winston Churchill le espetó: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra; escogisteis el deshonor y tendréis la guerra”.

Por eso este primero de mayo que se viene, ojo con ser cómplices en celebrar la lucha de clases, el repartir la riqueza (sin tener la más mínima idea de cómo crearla) o propiciar la justicia social. Todas estas falacias lo único que llevan es a la miseria, a la falta de libertades y a la falta de trabajo. Un verdadero deshonor para celebrar, justamente, el día del trabajo y del trabajador.


jueves, abril 20, 2023

SI ES PARA AFRICA, ¡NO DONEN NADA!


SI ES PARA AFRICA, ¡NO DONEN NADA!

por Guillermo Sicardi - Semanario Búsqueda - jueves 20 de abril de 2023.


Cuando algún organismo internacional le pida dinero para salvar a ese negrito de la foto, desnutrido y con la boca llena de moscas, no done nada. Cuando una ONG humanitaria le haga sentir culpable porque usted come todos los días y que con lo que se gasta en un par de cervezas puede llevarle agua a una tribu ignota, no done nada. Y cuando le muestren campos de refugiados y niños mutilados, tampoco done nada. ¿Sabe por qué? Porque la mayoría de esas donaciones no llegan a los supuestos beneficiados, pero sí llegan a los directivos de esos organismos, a consultores bien pagos, a burócratas internacionales, a políticos corruptos a hoteles cinco estrellas y a bares de copas.

Siempre tuve la sensación que esto era así, hasta que llegó a mis manos el libro “Blanco bueno busca negro pobre, una crítica a los organismos de cooperación y las ONG”, de Gustau Nerín, español, antropólogo, con vasta experiencia en el continente africano, que me lo ha confirmado.

Dice el prólogo del libro: “Hace cincuenta años que se inició la cooperación. Cincuenta años que no han servido para tanto como nos creemos. Europa ha demostrado ser un pozo sin fondo de donantes y África, un pozo sin fondo de fracasos. Por ineptitud, por poca sostenibilidad, por corrupción, por intereses ocultos, por ignorancia de las formas de vida africanas... Aun así, ha calado la idea de que los problemas africanos se solucionarán con proyectos de desarrollo, que la opinión pública juzga por las buenas intenciones y no por los buenos resultados”.

Trata a los “buenistas” europeos del Norte, como verdaderos papanatas, ya que “nunca tanta gente, con tan buenas intenciones, había dedicado tantas energías a una causa tan inútil”. La pregunta es ¿por qué lo hacen? Las respuestas (basadas en su amplia experiencia) son aterradoras. Veamos algunas.

Primero, porque “Los «negritos» de África siempre han sido un reclamo muy útil para movilizar las buenas conciencias de los ciudadanos de Occidente y vaciar sus carteras”, empezando por los religiosos cuya tenacidad en perseguir empresarios, políticos y simples ciudadanos ha sido proverbial. Hoy están siendo sustituidos por ONG (Organización No Gubernamental) que en realidad no son tan “no gubernamentales”, ya que la mayoría recibe fondos de los diferentes gobiernos, y, por ello, bailan a su son.

Segundo, porque los ciudadanos “del Norte” tiene cierto complejo de culpa por ser exitosos y estas organizaciones “se han convertido en los mediadores perfectos entre la cuenta corriente de estos ciudadanos y su tranquilidad de espíritu”. Algo similar sucede con ciertos programas de R.S.E. (Responsabilidad Social Empresarial): salimos a pintar la escuela del barrio o repartimos cuatro refuerzos de mortadela, para luego repartir (sin culpa) los dividendos y bonus de fin de año.

Agrega Nerín: “La clave para que todo este mecanismo funcione de forma eficaz es que el donante nunca sepa exactamente qué se hace con su dinero”. Este buen samaritano “quiere creer que gracias a su donación hay una fuente de agua en un rincón perdido del Sahel, o que se ha erradicado una enfermedad extraña en algún país selvático... No quiere saber que la fuente se ha secado por falta de mantenimiento, ni que las vacunas han resultado ser ineficaces porque no hay heladeras donde conservarlas”.

Es especialmente interesante leer cómo estas organizaciones logran llegar a nuestras billeteras mediante efectivas campañas de marketing: “se deben presentar problemas muy simples y ofrecer soluciones también muy sencillas. Los mensajes de las ONG son breves, simples, emotivos … Y para conseguirlo, nada mejor que ofrecer imágenes impactantes: niños con vientres hinchados, casas arrasadas por huracanes, inundaciones que arrastran cadáveres putrefactos... La imagen debe ser lo suficientemente directa para que quien la vea se sienta aludido de inmediato”. 

Por supuesto que Nerín reconoce que no todos los “cooperadores” son unos bandoleros de guante azul (por el logo azul de Naciones Unidas), pero la regla parece ser que el gran objetivo no es sacar a África de su subdesarrollo congénito, sino el de fomentar el deseo de “cooperar por cooperar” y estas organizaciones se encargan de canalizarlos a través de proyectos que se venden muy bien a los ojos occidentales. 

Para muestra un botón. Dejemos África por un momento y vengamos a América Latina. Piensen todo el dinero que ha recibido Haití de “ayuda humanitaria” en los últimos años y comparémoslo con los U$D 13 mil millones (hoy serían unos 150 mil millones) que recibieron 18 países europeos para reconstruirse luego de la segunda guerra mundial (dinero que puso que el “imperialista” Estados Unidos a través del Plan Marshall). Según el New York Times, Haití recibió también 13.000 millones de dólares desde el terremoto del 2010, “sin embargo, en vez de la construcción nacional que supuestamente se lograría con el dinero recibido, en años recientes las instituciones de Haití se han vuelto cada vez más vacías”.

La BBC de Londres (que de derechista o neoliberal no tiene un pelo) entiende que todo ese esfuerzo no sirvió para casi nada “porque que no existe un modo sistemático y riguroso que analice en qué y cómo se ha gastado el dinero de esas ayudas internacionales” y, además, porque “Haití es uno de los países más corruptos del mundo”.

Cuando esta noche vea un nuevo y conmovedor aviso pidiendo su dinero para una nueva “ayuda humanitaria”, piénselo dos veces. Ya los gobiernos del mundo les quitan bastante dinero a sus contribuyentes mediante “impuestos” (que bien saben despilfarrar), como para seguir financiando sus desmadres con aportes “voluntarios”. Luego no nos quejemos si Nerín nos trata de papanatas. 

Y si aún tiene dudas, mejor no done nada.






jueves, abril 13, 2023

NO DICE NADA Y LO DICE TODO


NO DICE NADA
Y LO DICE TODO

por Guillermo Sicardi - Semanario Búsqueda - jueves 13 de abril de 2023.

Foto tomada de Old Photos (1)

Esta foto no dice nada. Y, sin embargo, lo dice todo. Fue tomada en Arkansas, Estados Unidos, en el año 1935, todavía sufriendo los coletazos de la gran depresión del ´29.

Miren la cabaña detrás de la pareja. Es una edificación muy básica, seguramente construida con sus propias manos. Es de madera. Y apuesto a que cada tabla fue aserrada con el sudor de ambas frentes. 

Miren al hombre. Su ropaje se ve gastado y hasta un poco sucio. No por desidia ni malos hábitos de higiene, sino por su arduo uso. Probablemente también por no tener otras que intercambiar, ni tiempo para lavarlas y esperar que sequen. Es que hay que trabajar. No hay almuerzo gratis.

Miren su postura. Se lo ve cansado, mas no derrotado. Sus ojos apuntan firmes hacia adelante. No miran atrás (quejándose del pasado); ni miran al costado (eludiendo la responsabilidad del presente); y menos aún, no miran hacia abajo, en señal de claudicación. Miran hacia el porvenir (por-venir), ese lugar donde vamos a pasar el resto de nuestras vidas y que es nuestra responsabilidad -al menos- intentar moldearlo. Esa mirada parece entender que “son tus decisiones, no tus condiciones, lo que determinará tu futuro”.

Miren a la pareja.  No los unen las posesiones, puesto que nada poseen. Tampoco parece unirlos la obligación tribal, el afán de poder o las necesidades primarias. Los une el amor y el futuro. ¿La prueba? … La mujer está embarazada.

Miren sus posturas. No están tomados de la mano. Están juntos, pero separados. “Yo soy yo, tú eres tú”. Estamos unidos en matrimonio por mutuo deseo y conveniencia genuina. Pero cada uno es libre. Ese es el espíritu que hizo grande a Estados Unidos basado en los valores liberales de los Founding Fathers. 

Miren a la mujer. Está parada al lado de su marido. Codo con codo. Pero el marido no tiene un brazo sobre su hombro (en señal de protección al indefenso) y tampoco la abraza como a un objeto (en señal de posesión). Eso es respeto mutuo. Eso es la mejor expresión del mejor feminismo. Esta mujer no precisa usar pañuelos verdes ni mostrar sus pechos para mostrar su valía. La irradia.

Miren los hombros de esta mujer. Están caídos. Seguramente cansada por cargar tanto peso, tanta angustia y tanta responsabilidad. Pero miren también sus ojos, como si fueran la otra cara de la misma moneda. Están firmes y señeros, determinados a salir de tal situación. Porque ni la pobreza ni la angustia son una “condición” (permanente) sino una “situación” (transitoria).

No imagino a esta pareja haciendo la fila en el Mides para vivir de un subsidio, ni pretendiendo vivir del esfuerzo ajeno o reclamando que paguen más los que tienen más. Sí la imagino recibiendo una ayuda realmente “solidaria”, cuya definición oficial es: “adhesión circunstancial a la causa o empresa de otros” (2), es decir, un apoyo transitorio a un proyecto o “causa” específica.

Miren a estos valientes. No parecen ni violentos, ni patoteros, ni agresivos. Simplemente se los ve libres y bravos. Por eso esta foto fue tomada en 1935 en Arkansas, Estados Unidos, esa magnífica nación (hoy magullada) que supo ser “the land of the free and the home of the brave”. (3)

Esta foto no dice nada. Y, sin embargo, lo dice todo. 

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(1) https://www.facebook.com/photo?fbid=617284967111759&set=a.613736567466599 

(2) Diccionario de la Real Academia Española -  https://dle.rae.es/solidaridad?m=form

(3) “la tierra del libre y el hogar del valiente”, parte de la letra del himno de Estados Unidos titulado “The Star-Spangled Banner” (La bandera llena de estrellas).