Hoy jueves 19 de abril de 2008, mi hijo y todos los alumnos de 1° de liceo, fueron “obligados” a jurar fidelidad a la bandera uruguaya. Cumplieron con una Ley de Instrucción militar de 1940 y pensada originalmente para soldados reservistas mayores de 18 años. Pero la burocracia y los burócratas se encargaron de obligar su uso a niños de 6 y 12 años.
Este verdadero anacronismo y atentado burdo a la libertad individual, es excelentemente analizado por el profesor de Historia Leonardo Borges en su libro “Cual retazo. Anacronismos de jurar la bandera”.
Es desagradable ver a niños de 6 años “prometer jurar” y a los de 12 años “jurar” por la bandera y lo que ésta simboliza, cuando a esas edades no se tiene la más mínima consciencia del ritual al que lo someten. Igual rechazo me provoca el absurdo ritual de la toma de la comunión o ver desfilar uniformados a niños de las Juventudes Comunistas o las brigadas de Hitler.
“¿Juráis honrar vuestra Patria, con la práctica constante de una vida digna, consagrada al ejercicio del bien para vosotros y vuestros semejantes; defender con el sacrificio de vuestra vida, si fuere preciso, la Constitución y las leyes de la República, el honor y la integridad de la Nación y sus instituciones democráticas, todo lo cual simboliza esta Bandera?”.
Yo personalmente no estoy dispuesto a sacrificar mi vida para defender la actual Constitución de la República. No pienso morir por los Servicios Descentralizados y sus monopolios; ni la inamovilidad de los empleados públicos, el reajuste de la jubilaciones, las 19 burocráticas e ineficientes circunscripciones territoriales, o el plazo de cientos de días que se arroga el Estado para responder un recurso, cuando a un ciudadano sólo le otorga 10 míseros días y otras decenas de estupideces que figuran en nuestra Carta Magna.
Esta norma, paradójicamente, viola la misma Constitución que nos hacen jurar defender.
Viola el Principio que establece que un ciudadano “no está obligado a hacer lo que la Ley no manda, ni privado de lo que ella no prohíbe”, ya que la exigencia de jurar la bandera es sólo para los “ciudadanos” y la ciudadanía se adquiere a los 18 años. Tampoco existe el “juramento” como acción vinculante y menos aún lo puede tener el dado por un menor de 12 años.
La burocracia y los burócratas son tan potentes, que han hecho de este acto y su constancia escrita y bien sellada, un nuevo atropello contra el ciudadano: el no tener esta “constancia” impide nada menos que el ejercicio de un derecho inalienable de los jóvenes, la educación, puesto que la exigen a la entrada de cualquier liceo o Universidad.
Todo esto, a los liberales, nos rechina.
2 comentarios:
Acabo de vivir algo similar. Me gustó tu enfoque, sobre todo el análisis de los aspectos negativos de nuestra Constitución por los cuales tendríamos que dar nuestra vida. Tal vez te interese esto: http://el-pareja.blogspot.com/2012/07/95-la-bandera-promesa-jura-y-esperpento.html
Saludos.
Tu nota va en igual sentido, pero veo que somos pocos, muy pocos, los que vemos las cosas de esta manera. Igual sigamos sembrando, aunque sea en el desierto. Abrazo
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