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domingo, julio 12, 2009

El triángulo que debe ser un cuadrado

Carlos Maggi

Al admirable triángulo republicano (igualdad, fraternidad y legalidad) le falta un lado: la libertad, que no se ve porque viene envuelta en el respeto por la letra y el espíritu de las normas vigentes.

En América Hispana hay países "legalmente" gobernados… de manera autoritaria (Venezuela, Bolivia, Ecuador); y hay un país sometido a un sistema totalitario (Cuba). En estos casos, a pretexto del venerable triángulo de la Ilustración (siglo XVIII) o a propósito de la utopía marxista (siglo XIX) se ejerce la dictadura (República sin libertad personal).
Isaiah Berlin define:
-La "libertad humana es la ausencia de restricciones; la falta de coacción fuera de control".
Mariano Grondona aplica esa definición a la realidad política del continente:
-"Hugo Chávez y Evo Morales asaltan desde el poder las instituciones republicanas".
Los autogolpistas, no golpean de golpe; actúan con anestesia, a pequeñas dosis: no respetan la separación real de los tres Poderes; burlan la renovación periódica de los gobernantes; modifican la Constitución para concentrar el poder y para perdurar en el cargo. La opresión culmina cuando se prohíbe la libre circulación de las personas. En la Unión Soviética y en sus países dominados (la mitad del mundo) no estaba permitido viajar o elegir un domicilio fuera de fronteras. El caso se repite en Cuba.

Resulta que el gobierno electo tiene fines abstractos, ajenos al respeto y al bienestar de cada uno. La gente quiere huir y ya es tarde.
Las elecciones sin fraude no legitiman el abuso posterior en el cual pueden incurrir los electos. Muchas veces la usurpación se santifica mediante consultas populares. El caso más desgarrador se dio en Alemania, cuando sobre la base de plebiscitos, pusieron en manos de Hitler el poder absoluto; y así les fue.
Este prólogo preventivo sirve de sostén a una interpretación subterránea de lo sucedido en las elecciones internas del 28/6/09.

Cuando el Frente ganó las elecciones nacionales (2004) los ultras explicaron:
-Tenemos el gobierno, pero no tenemos el poder-y hubo quien agregó: Estar en el poder sin poder, es la peor de las situaciones.
La democracia, un sistema porcentual y relativo, impacienta a los absolutos; y es por esta precisa razón, que los encuestadores son despistados.
Eduardo Botinelli de Factum, una de las mediciones más acertadas, admitió:
-"Se nos puede achacar que nos mintieron y no nos dimos cuenta".
Y así fue. Se llevaron la gran sorpresa en lo que más importa: los partidos tradicionales le ganaron al Frente Amplio por una diferencia cinco veces mayor que el margen de error estimado.
¿De dónde nace esa desmedida?

El quid del asunto estuvo en los electores y no en los medidores. A nadie le gusta confesar: tengo miedo, voto porque me asusta lo que puede pasar.
Mujica anuncia que para mantener la tranquilidad va a empezar con una política de derecha y adelantó que toda la economía quedaría en manos de Astori. ¿Y lo demás? ¿Quién garantiza que no habrá ciudadanos de segunda clase, perseguidos?
La conducción de la economía cubana no es lo que cuenta, cuando se revisan los hechos de una dictadura sangrienta.

Lo que cuenta para ser libres, se juega en otro ámbito. Si gana el Frente, en la mente del presidente Mujica, en su moral, en el sentido de su vida, en su concepción del mundo; su formación y sus actos, indican que la autoridad de los que mandan, importan para él, más que los lujos de la libertad burguesa.
La libertad burguesa (la nueva manera de pensar del siglo de las luces) es una de las mayores conquistas de la Humanidad, que vivió milenios sometida a la superioridad aristocrática de los mandones.
La preservación de esa libertad fue, justamente, el motor que movió a votar a miles de uruguayos, el domingo pasado, sin ningún aspaviento; por mera precaución. El instinto de conservación es la fuerza psíquica más potente; por eso fueron tantos.
También corresponde pensar que el Frente tenía la interna resuelta; Mujica estaba puesto y los frentistas se dejaron estar. Admitido.
Pero es verdad que del otro lado, los desasosegados votaron en una proporción inesperada. Fueron a las urnas y calladitos y como quien no quiere la cosa, clavaron el voto como un puñal.

El resultado de las internas no determina el resultado de las elecciones de octubre, cuando Mujica cuente con toda la fuerza electoral, más la fuerza del escarmiento:
-La vez pasada no voté; y perdimos, ahora…
Pero no va a ser a ser fácil superar más de 16 puntos de ventaja como marca el escrutinio.
-¡Ganamos! Sacudimos la amenaza que nos quita el sueño.
Para el triunfo de los blancos, contribuyeron muchos colorados que prefirieron terciar en la interna nacionalista; también hubo muchos frentistas del 2004, que volvieron al redil tradicional. Son movidas subterráneas; inconfesables.

FILOSOFÍA Y ACCIÓN. "Tenemos el gobierno, pero no tenemos el poder ¡Qué bueno sería que desde la Presidencia, se allanara el camino para llevar hasta sus últimas consecuencias, nuestro modo absoluto de pensar".
Mujica estimula esa esperanza en los radicales; y al mismo tiempo crea un anticuerpo: el susto de mucha gente que prefiere vivir tranquila y hacer lo que quiere, sin un gobierno autoritario que mande lo que manda una vieja utopía.

A los pocos meses de cruzársela sobre el pecho, la banda con los colores de la patria empieza a tirar de sisa. Entonces los más vehementes, simplifican: los que no están con el gobierno, están en contra del gobierno y son fachos. Lo bueno es silenciarlos y saltear formalidades; correr la democracia, plegarla como si fuera una cortina y lograr por acción directa, lo que la legalidad impide (asaltar las instituciones, perseguir las opiniones, practicar fórmulas revolucionarias desde el poder).

Lo malo para Mujica-candidato, es su propia fuerza de carácter y la fuerza de sus convicciones. Es un hombre que brindó su vida a una creencia y no va a traicionarla. De un modo o de otro, desde el sillón presidencial, va a tratar de cumplir sus sueños.
Se dirá: este es un supuesto íntimo, sin ningún fundamento.

Hay tres presunciones coincidentes:
1) El Partido Comunista fue totalitario en Rusia; y es totalitario en Cuba; nunca descartó la opresión con tal de imponer su ideología; y es el socio distinguido de Mujica.
2) La simpatía de Mujica por el gobierno de los países autoritarios es manifiesta. En los cuatro países hispano-americanos donde la libertad personal no es un valor que importe, el candidato frentista se siente bien; y la gran mayoría de los uruguayos se sentiría mal.
3) Para Mujica no importa la izquierda que gobierna Chile; o el buen gobierno de la izquierda de Lula; son países libres, burgueses. Mujica le brindó su preferencia al señor Kirchner.

Mujica es Mujica y es auténtico. Ese es el peligro. ¡No puede entenderse con Astori! Son visceralmente incompatibles.
Mujica quiere lo contrario de lo que quiere la gran mayoría de los uruguayos.
Sí. Somos pequeños burgueses y huimos de la dominación de la izquierda radical. La épica es para gente desesperada. Somos pacíficos.
¿Qué es eso de reformar la Constitución, sin decir qué se va a hacer con ella?

El País Digital

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