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martes, julio 19, 2011

La "extranjerización" de la tierra

Me suena bastante absurda la preocupación por la "extranjerización" de la tierra y la pretensión de limitar su venta a individuos no nacidos dentro de Uruguay.

Me preocupa más que los ex dueños "yoruguas" no hayan invertido un peso, ni dedicado un gramo de neuronas en incorporar tecnologías, procesos y maquinaria que los "extranjeros" sí trajeron con ellos.

Siempre me sentí un verdadero "ciudadano del mundo". Mi lugar es el Planeta Tierra, no un pequeño pedazo de terruño sobre el cuál ni siquiera elegí racionalmente para vivir. Estoy aquí de pura casualidad, no por mi propia decisión.

Las fronteras me parecen una verdadera estupidez. Y hoy con Internet, más que nunca. Recuerdo cuando de muy niño, iba a hacer "contrabando" de carne vacuna con mi madre y mi tía. Tal delito consistía en salir desde El Prado donde vivíamos, hasta cruzar el Puente Carrasco, para comprar la carne en Canelones. Tal periplo era necesario para evitar la limitación a la compra de carne vacuna dentro de los límites territoriales de Montevideo. A otro imbécil también se le había ocurrido prohibir la venta libre de lácteos: Conaprole tenía un hermoso monopolio en Montevideo. Y ambos lo hicieron invocando el "interés general".

Es la información y el conocimiento, no la tierra, lo que tiene hoy un verdadero valor estratégico.
Los llamados "países ricos" no son los que tienen más extensión territorial ni más oro, diamantes o hierro bajo su suelo. Los más ricos son los que tienen más inventores, más pensadores y más emprendedores. Nigeria,  Venezuela, Rusia y Angola tienen grandes extensiones territoriales y no son ricos. Singapore, Nueva Zelandia, Islandia o Finlandia, sí lo son.

La propiedad de la tierra no agrega ni quita soberanía. Durante décadas, la izquierda nos decía que gracias a que el Estado era dueño de Pluna, Antel o Ancap éramos más "soberanos". Si vendíamos estas empresas "perdíamos soberanía". Ahora nos dicen que si las estancias no son dueñas de "uruguayos", el país es menos "soberano".

La soberanía no se ejerce con un título de propiedad, sino con Instituciones que actúan sobre esas propiedades, sin importar la nacionalidad de su dueño. La soberanía la ejerce un Municipio que cumple sus fines y no despilfarra el 70% de los recursos en sueldos de empleados públicos innecesarios. La soberanía se ejerce cuando la Policía atrapa a los ladrones y la Justicia los juzga por sus fechorías. Y la soberanía se ejerce cuando se respetan los pronunciamientos populares, cuando se defiende el Estado de Derecho, la propiedad privada y la libertad de cada individuo a buscar su propia felicidad.

No seremos más soberanos por radicar 10 colonos "yoruguas" en el campo. En cambio sí perderemos soberanía si seguimos educando a nuestros jóvenes en forma desastrosa, si les seguimos dando limosnas desde el Estado y si nos sigan poniendo trabas, impuestos y restricciones al deseo de emprender.

Ser dependientes de un Estado, de un Sindicato o de un Partido político, es la peor forma de perder soberanía. Es perder la soberanía de cada  INDIVIDUO a pensar, actuar y forjar su propio destino en libertad. De esta soberanía nadie habla,y es hoy, la más amenazada.

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