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lunes, agosto 08, 2011

"No se olviden de Cabezas", ni de las Joyas de la Abuela ...

Bajo la consigna "No se olviden de Cabezas" se reclamó durante muchos años que el crimen del periodista argentino, en manos de las mafias vinculadas a la policía y al empresario Yabrán, no quedaran impunes ni tapadas por la burocracia y la desidia estatal.

"No se olviden de Cabezas" se convirtió en un grito de guerra contra la injusticia, el peso prepotente del Estado en todas sus manifestaciones y un reclamo por mayores derechos y libertades del ciudadano común. De alguna manera, todos nos sentimos Cabezas.

Hoy que los Gobiernos de izquierda del mundo -e incluyo en la lista a los Estados Unidos- están viendo fracasar sus políticas intervencionistas por todo el orbe, desde Grecia a Venezuela, desde España a Estados Unidos y desde Argentina a Somalía, vuelven a atacar a los "Cabezas", a los ciudadanos comunes que quieren hacer su labor. Es más fácil silenciar a los Cabezas que a las corporaciones sindicales, a los empleados públicos privilegiados o a los políticos en connivencia con la peor casta de empresarios.

En vez de poner más impuestos a los que hacen, deberían quitarle privilegios a los que NO HACEN: los empleados públicos y los que reciben subisidios a cambio de nada.

Los Gobiernos de izquierda tienen que dejar de mirar al empresario, al cuentapropista y al emprendedor como la única fuente de saciar sus apetitos. El Estado tiene decenas de actividades innecarias, ineficientes e improductivas. Para empezar, las "Joyas de la Abuela"; y entes ellas, Antel, la que en algún momento se pudo vender en U$S 2.000 millones y hoy no vale un centavo.

Sigo con Pluna, con AFE, con ANCAP y la lista continúa. Sigo con los 5.000 empleados públicos de la Intendencia de Canelones y los 10.000 de la Intendencia de Montevideo y los otros miles que están de más en el resto de los municipios.

Es a ellos a los que hay que pedirles el esfuerzo que NUNCA hicieron. Si se sienten tan "solidarios" que renuncien a sus aguinaldos, ese 13avo sueldo anual "complementario", una suerte del premio impuesto, no merecido. Con esto se haría algo de justicia.

Por eso, parafraseando la frase del Titulo, deberíamos decir "No se olviden de las Joyas de la Abuela". Llegó la hora de venderlas. Y que sus felices nietos - los empleados públicos - que durante tantos años gozaron y vivieron en la comodidad de su regazo, se hagan cargo con los gastos del sepelio. Es hora de que crezcan.

Guillermo Sicardi

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Guillermo! Muy buenos tus post. Saludos desde Buenos Aires. matiassicardi@gmail.com