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viernes, junio 11, 2021


Abierto de lunes a domingo, de 8 a 22 hs.

Por Guillermo Sicardi | jueves 10 de junio de 2021 | Semanario Búsqueda


“Abierto de lunes a domingo de 8 a 22 hs. Los esperamos”. Esto es lo que dice una pizarra en la puerta de un pequeño almacén del barrio La Comercial con el que me crucé de casualidad hace pocos días. Este “simple” cartel muestra la gigantesca diferencia que existe entre los que piden renta básica universal, quieren laburar seis horitas por día y que les aseguren salario, licencias y miles de beneficios más, frente a los que procuran mejorar su vida en base al propio esfuerzo y riesgo.

Este comerciante trabaja todos los días, de lunes a domingo, de 8 a 22 horas. Sin dudas que es un "explotador", pero de sí mismo. Lo cierto es que el verdaderamente explotado es él: lo explotan el Estado (con impuestos, trámites inútiles e inspectores de minucias) o el mal sindicalismo, cuando confunde derechos laborales con abusos de derecho. 

Ya lo dijo Richard Read en su discurso del 1ero de mayo de 2013: “Tenemos que mirar primero para dentro del sindicato. No podemos estar de acuerdo con el ausentismo laboral. No podemos estar de acuerdo con el que no va a laburar o va a laburar, y, la verdad, hace como que labura. ¡No quiero al atorrante, al vago al lumpen!. No quiero eso en mi sindicato; quiero laburantes”. Lamentablemente la prédica de Read poco ha calado en el grueso del sindicalismo uruguayo.

Volviendo a nuestro comerciante que sí “labura” en serio de 8 a 22: si la vida es justa con él, en algún momento va a “tener más", por la sencilla razón que “hace” más y porque “es” más (más emprendedor, más arriesgado, más esforzado) que el resto de los mortales. 

Pero cuando llegue ese día, vendrán los saqueadores defensores del populismo a robarle gran parte de su esfuerzo con el cuento de la “justicia social”, quitándole a los “ricos” para dárselo a los “pobres”. ¿Pobres de qué? ¿De dinero o de espíritu? ¿De pertenencias materiales o de buenos hábitos? ¿De falta de oportunidades o de desaprovechar oportunidades?

Este comerciante (como tantos otros miles), tiene grabado otro cartel, pero no en una pizarra sino en su mente, y dice así: "Hay orden de no aflojar". Y es un cartel que lee él mismo pero también sus clientes, sus hijos o vecinos que se auto imponen orden de no aflojar en el estudio, en el trabajo, en el cuidado de uno mismo o en el afán de concretar algún proyecto. No es nada fácil hacerlo. Pero ellos nos muestran que es posible.

De estos ejemplos está plagado nuestro país, pero como no se conocen ni se difunden lo suficiente, es como que no existen. “Ojos que no  ven, corazón que no siente”.

Esta tipo de foto que tomé al pasar y el conocer las peripecias de vida de estos comerciantes, deberían ser publicadas por los medios de prensa, figurar en todo libro de estudio de alumnos escolares y liceales y debería ser una tarea fundamental de las Cámaras Empresariales, para defender la imagen y labor de sus propios socios y dar la batalla cultural por la iniciativa individual y el libre mercado, como los mejores pilares probados para sacar a la gente de la pobreza y elevar el estándar de vida de todos los ciudadanos, no sólo de los empresarios.

El domingo pasado, casi en frente al predio de Los Aromos, otro almacén de barrio con un cartel similar: “Abierto de 6 a 24”. Es así que se sale de la pandemia, de la pobreza y de la informalidad: trabajando; no haciendo paros, ni pidiendo subsidios bajo un régimen de cuarentena cuasi militar. Estos ejemplos de esfuerzo y tenacidad, son el antídoto para terminar con los vagos, los lumpen y los atorrantes, que menciona Read. 

Por eso quiero decirles a estos comerciantes y a todos los de su especie: ¡Gracias!




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