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jueves, mayo 05, 2022

Occidente acobardado. Para muestra un botón.


Occidente acobardado. Para muestra un botón.

por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves 5 de mayo de 2022.


La semana pasada escribimos la columna diciendo que Occidente está acobardado por no defender a ultranza los valores que hacen superior a la civilización occidental en todos los frentes: económico, social, cultural y moral. 

Por eso quiero recordar al ex presidente francés Nicolás Sarkozy y el discurso que dio en Bercy días antes de ser electo como presidente de Francia en mayo de 2007. Dijo Sarkozy:

"Hoy hemos derrotado la frivolidad y la hipocresía de muchos intelectuales progresistas. De esos que el pensamiento único es el del que todo lo sabe y que condena la política mientras la practica. Desde hoy no permitiremos mercantilizar un mundo en el que no quede lugar para la cultura: desde 1968 no se podía hablar de moral”. 

“Nos impusieron el relativismo, la idea de que todo es igual: lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes”. 

“Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente. Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. El eslogan era vivir sin obligaciones y gozar sin trabas. Dejaron sin capacidad a las fuerzas del orden y crearon una frase: se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud. Los vándalos son buenos y la policía es mala. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente el inocente”

“Así la herencia de Mayo del 68 ha liquidado a la escuela de Jules Ferry en la izquierda francesa, que era una escuela de la excelencia, del mérito, del respeto, del civismo; una escuela que quería ayudar a los niños a convertirse en adultos y no a seguir siendo niños grandes, una escuela que quería instruir y no infantilizar, porque había sido construida por grandes republicanos que tenían la convicción de que el ignorante no es libre”.

Todos esos políticos que reivindican la herencia de Mayo del 68, dan al prójimo lecciones que jamás se aplican a sí mismos, quieren imponer a los demás comportamientos, reglas, sacrificios que jamás se imponen a sí mismos. Proclaman: “Haced lo que yo digo, no hagáis lo que yo hago”.  Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía”. 

Y agrega que el heredero de este nefasto equívoco de la historia es la izquierda y más concretamente los socialistas "que le han tomado gusto al poder, a los privilegios (...), que cultivan los arrepentimientos [en relación con el pasado colonial de Francia] que denigran la identidad nacional, que atizan el odio de la familia, de la sociedad, de la nación, de la República".

“Defienden los servicios públicos, pero jamás usan transporte colectivo. Aman mucho la escuela pública, pero mandan a sus hijos a colegios privados. Firman peticiones cuando se expulsa a algún “okupa”, pero no aceptan que se instalen en sus casas”. 

Y en cuanto al trabajo dice que “la izquierda … ha renunciado al mérito y al esfuerzo, que ha dejado de hablarle a los trabajadores …  porque el valor trabajo ya no forma parte de sus valores, porque su ideología … ahora es la ideología del reparto obligatorio del trabajo, la de las 35 horas, la del asistencialismo. La crisis del trabajo es ante todo una crisis moral, y en ella la herencia de Mayo del 68 tiene una enorme responsabilidad. Yo quiero rehabilitar el trabajo, quiero devolver al trabajador el primer lugar en la sociedad”.

“Hoy debemos volver a los antiguos valores del respeto, de la educación, de la cultura y de las obligaciones, antes que los derechos".

Pasaron 15 años y, lamentablemente, poco ha cambiado. Por eso la batalla cultural es un proceso, no un suceso. Y hay que librarla todos los días.


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