Los frenteamplistas robaron. Y lo hicieron aprovechando la estructura del Estado; de ese Estado que debería estar al servicio del "pueblo" y lo pusieron a su propia disposición.
El ladrón no fue Bengoa y sus secuaces. El ladrón fue el Frente Amplio. Y es así porque esa es la lógica de los frenteamplistas, no la lógica del comportamiento humano.
Cuando hubieron actos de corrupción durante los Gobiernos de los partidos tradicionales, los corruptos no fueron las personas, fueron las estructuras partidarias. Los frentistas apelaron a la propiedad transitiva para explicar la corrupción del sistema: "si Juan es corrupto y Juan es colorado, los colorados son corruptos".
Gracias a este simple y falacioso argumento, sumado a la crisis que vino de fuera, el FA gano las elecciones del 2004 y ocupo el Edificio Libertad.
Pero ahora los corruptos son ellos. Y lo que nos querrán demostrar es que el caso Bengoa es un caso aislado. Pero los casos de Cambón, Greno o Noachas, ¿acaso no lo fueron?
Los uruguayos tienen que entender que el abuso de poder no es un asunto ideológico ni de partidos políticos. Es una mezcla de necesidades humanas insatisfechas, con falta de valores personales, de controles y de buenos mecanismos de prevención.
Para que haya menos de estos casos, hay que tener menos Estado, más libertad, más transparencia y una mejor selección, evaluación y control de nuestros Gobernantes.
A esto se le llama un sistema liberal. Pero lamentablemente, para muchos, la palabra "liberal" es una mala palabra.
1 comentario:
Me parece que es "propiedad transitiva" y no "propiedad conmutativa".
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