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lunes, julio 04, 2022

Las grandes obras.


Las grandes obras.

por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves de 16 junio de 2022.


"Las grandes obras … las sueñan los genios locos, las ejecutan los luchadores natos, las disfrutan los felices cuerdos, y las critican los inútiles crónicos." Anónimo

En 1925, hace casi 100 años, se comenzaba a pensar (y a pensar en grande) la construcción de la rambla de Montevideo, la arteria vial mas hermosa y emblemática de nuestro país.

Fue una época de grandes hombres y grande realizaciones: el Palacio Legislativo,  el Palacio Salvo, el edificio de Aduanas o el Estadio Centenario, saliendo, además, campeones del mundo. 

Hoy todo ha cambiado.  Ya no solo no aparecen grandes obras sino tampoco grandes ideas. Las grandes obras que se han hecho últimamente, fueron a costa de derroche de dineros públicos y pésimos planes de negocios que las sustenten. El Antel Arena y la UAM, son dos perlas de este collar. 

Y cuando aparecen ideas innovadoras,  o son boicoteadas o fuertemente obstaculizadas, como ha sido el caso de Zonamerica, frenada por los mismos motivos mediocres que hoy frenan la idea de construir una isla artificial frente a Punta Gorda. 

Algo similar sucedió con los proyectos de barrios privados, donde el pionero fue La Tahona, convirtiendo un pastizal en cientos de hermosas casas que le generan millones de dólares en impuestos para la Intendencia de Canelones y crea miles de empleos en la zona. Pero el exintendente colorado Tabaré Hackenbruch, demoró años en aprobar ese fraccionamiento.

Pasan los años y gobiernos de distinto color, pero todos parecen estar cortados con la misma tijera del conservadurismo, la miopía o la politiquería te corto aliento.

Más allá de si el proyecto de esta faraónica isla es viable desde el punto de vista arquitectónico, ambiental o financiero, lo más preocupante son los argumentos por los cuales se lo rechaza:  que será una zona para ricos, que se transformará en un agujero negro y que Montevideo debería desarrollar la zona Centro y Ciudad Vieja, barrios a los cuales los montevideanos les escapan desde hace años por su deterioro físico, estético y de seguridad.

En el mundo hay varios proyectos similares que le ganan terreno al mar: desde Holanda que lo hace desde hace siglos, a los más recientes como la isla con forma de palmera en Dubai, otro en Panamá y proyectos vistos con buenos ojos en Hong Kong, Barcelona o Dinamarca.

En Uruguay, donde somos pasmosamente lentos y conservadores,  cada tanto surgen iniciativas innovadoras, las cuales deberíamos celebrar con bombos y platillos para que contagien al resto de los mortales y así seamos un poco más osados, un poco más innovadores o un poco más sanamente atrevidos.

Que quienes construyeron nuestra Rambla, hace cien años, con equipamiento con el que hoy no haríamos ni una cucha para perros, se levanten de sus tumbas y nos guíen con su ejemplo, para que no terminemos criticando todo como unos inútiles crónicos.


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