El Gobierno del Frente Amplio está probando en carne propia las consecuencias de sus propias y amargas medicinas.
Ahora se quejan de ser víctimas de actos patoteros, pero ... ¿cómo se califica el hecho de convocar a miles de personas al Hospital Filtro para evitar la extradición de dos etarras a ser juzgados por la justicia española?. ¿No es un acto patotero presionar y tratar de “carnero” a un compañero de trabajo que no se quiere sumar a una huelga?
La lista de actos patoteros que las diversas agrupaciones políticas y gremiales de izquierda han utilizado como “método de lucha”, es interminable.
Pero ahora resulta que lo que otrora fue una “movilización social” ahora es un “obstáculo a libre circulación” de ciudadanos entre países vecinos.
Ahora no les gusta escuchar una panfletaria canción del músico argentino Tarragó Ros que denosta al Presidente Tabaré Vázquez con motivo de las papeleras, pero durante 30 años nos hicieron escuchar similares letras bajo el manto sagrado del “militante” y “comprometido” Canto Popular.
Es evidente que los uruguayos y las uruguayas nos sentirnos sorprendidos y hasta engañados por el cambio de discurso y actitudes de los actuales gobernantes; pero es bueno que así sea y debemos sacar un aprendizaje positivo de tales hechos.
Debemos festejar que varios temas no se van a seguir discutiendo eterna y estérilmente:
- Que le FMI no es culpable de todos nuestros males
- Que la deuda externa hay que pagarla
- Que el Neo liberalismo no existe
- Que no se puede gastar más de lo que ingresa
- Que los empleados públicos son muchos y dan un mal servicio a los ciudadanos
- Que la iniciativa privada es el motor de una economía y de una sociedad libre
- Que los empresarios no son los “enemigos de clase”
- Que las inversiones –extranjeras o nacionales- son la única forma de crear empleo genuino
- Que el país debe crecer extra zona y asociarse con los mejores, no con los peores
- Que los patoteros son patoteros, no importa desde que orilla vociferen
Esperemos que en el próximo debate electoral, los ciudadanos no sean convocados a “sacudir raíces”, a hacer “revoluciones productivas” o a “no pagar la deuda” y que sí lo sean tras propuestas de “dar mejores y más baratos servicios públicos”, a “cómo estimular la iniciativa privada y eliminar los obstáculos del Estado” y a pensar como vamos a disfrutar del reencuentro con familiares y amigos que retornan a vivir en un país próspero y pujante.
En este nuevo contexto, los patoteros de aquí y de allá, no tendrán cabida.
Guillermo C. Sicardi
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