“Mentes buenas en el país hay. Pero es preciso estar en el lugar adecuado y con gente adecuada”, dice
Justamente esto es lo que hace el Larta Institute de Los Angeles: conectar a los innovadores con inversores, mentores en planes de negocios y empresas en busca de ideas frescas. En Mayo de 2008 se realiza un nuevo Venture Forum focalizado en Ciencias de la Vida (Life Science), para permitirle a estos actores vincularse y hacer buenos acuerdos.
También dice que los profesionales uruguayos hemos “perdido actualización. No vamos a congresos. Tenemos permiso pero no hay presupuesto para cubrir los gastos. De a poco nos vamos quedando atrás. Ni siquiera hay rubros para comprar revistas científicas.”
Las innovaciones tecnológicas agregan mucho valor en una sociedad y no requieren de los gobiernos grandes inversiones en infraestructura o capital de trabajo. El factor multiplicador de una innovación tecnológica puede ser miles de veces la inversión inicial.
Dos jóvenes ingenieros uruguayos desarrollaron un software que permite ubicar una canción en la computadora con solo tararearle al micrófono, pero “hoy por hoy no es un
De nuestro árbol nacional, el Ceibo, un grupo de científicos están desarrollando un fitofármaco con efectos sedantes, que “probablemente sea menos tóxico y quizás sensiblemente más barato” que otros similares. Pero “al menos se necesitan U$S 100 mil dólares para iniciar” algunos estudios complementarios.
No puedo quedarme de brazos cruzados cuando veo tanto talento estancado por falta de dinero, recursos o simplemente estímulo. El Larta Institute ha ayudado a más de 1.000 innovadores como los nuestros a acceder a 1.500 millones de dólares para sus proyectos y ahora Uruguay puede aprovechar esta oportunidad.
Dinero en este país hay. Sólo que está muy mal invertido. Y esta es una buena oportunidad para corregir el rumbo.
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