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sábado, abril 07, 2012

Emprender o Depender


En el año 2010 se dieron en Uruguay dos hechos muy opuestos: por un lado, el Banco Santander convocó al Primer Concurso para Emprendedores Universitarios en cuyas bases se pedía presentar un Plan de Negocios (bastaba con una idea a desarrollar)  y que el equipo fuera de tres miembros, donde al menos uno de sus integrantes fuera estudiante universitario o graduado con menos de tres años de antigüedad.

Por otro lado, el Parlamento hizo un llamado público para cubrir el cargo de Ujier, una mezcla de portero, mozo y cadete que se encarga de llevar expedientes de un lado a otro y atender a los Legisladores, asistentes y visitantes cuando concurren al Palacio Legislativo.

El primer llamado era para emprender. Convocaba a las personas académicamente más formadas y que pertenecen a los estratos mejor posicionados de nuestra sociedad: los universitarios. Era un llamado a aportar ideas, surgidas de mentes sembradas e impulsadas por jóvenes ávidos de poner tus talentos, conocimientos y virtudes en acción.

El otro llamado era para depender. Se convocaba a un cargo de poca relevancia, con poco presente y nulo futuro. Un puesto que no demanda habilidades cognitivas de ningún tipo, ni capacidades especiales para resolver problemas, ni demandas para crear, innovar o agregar valor. Eso sí, era un cargo muy seguro, con poca exigencia y extremadamente bien remunerado.

Las cifras: al llamado a emprender se presentaron 15 proyectos completos (con todos los requisitos) y menos de 50 en total; al llamado a depender se presentaron 170.000 jóvenes menores de 30 años.
Una batalla que enfrenta a 170.000 personas de un bando contra 15 del otro bando, es una lucha perdida en cualquier campo de batalla. Quince emprendedores jamás podrán derrotar a 170.000 depredadores. 

Cuando hace unos años estuve reunido con Thomas O'Malia, Director del Lloyd Greif Center for Entreprenerial Studies de la University of Southern California (USC), le pregunté cuáles eran las claves para que haya más emprendimientos en una sociedad, puesto que en la zona de Los Angeles, se concentran la mayoría de los emprendimientos gracias al Silicon Valley, Hollywood, el comercio con oriente, etc. Me dijo que son necesarios tres requisitos:

Una CULTURA de emprendimiento. Un emprendedor debe ser un individuo bien visto por el valor que agrega a la sociedad con la innovación, la inversión, la creación de empleo y la calidad de vida que mejora en su entorno.

Una INFRAESTRUCTURA adecuada. Hay que facilitarle las cosas al emprendedor, desde los trámites burocráticos para crear su empresa, preparar su plan de negocios o conseguir financiamiento.

Una buena RED DE CONTACTOS. Los emprendedores tienen que conocerse, sus éxitos tienen que conocerse y también la red de contactos que impulsan el proyecto a otra velocidad.

Poco de esto sucede en Uruguay. Mientras le sigamos dando ejemplos a nuestros hijos que es mejor depender que emprender, que es mejor ser Ujier a empresario y que no es tan malo ni estudiar, ni trabajar, no sólo la batalla estará perdida, habremos perdido la guerra.

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