La empresa textil Dancotex, destacada por sus productos de alta calidad, su moderno parque industrial y sus excelentes clientes en los mercados más exigentes, esta ocupada desde hace más de un año. Y tal situación esta terminando con su otrora envidiable parque industrial, con la calidad de sus productos y sobre todo, esta terminando con sus clientes.
Este conflicto es como un iceberg: la gran mayoría de la gente, incluso otros destacados industriales, solo ven lo poco que emerge de la superficie, pero no quieren ver lo mas importante que esta por debajo: el atropello a la Libertad y a la Propiedad individual.
Este conflicto no es por el traslado de la planta a Colonia, ni por pagar sueldos magros. Este conflicto es por la verdadera causa por la cual la izquierda lucho y brego durante mas de 30 años y hoy esta en el poder: esta es una lucha por la apropiación de los medios de producción, es una lucha por quitarle libertad de los ciudadanos y dársela a las corporaciones, es una lucha por imponer la dictadura del proletariado, es decir, un régimen totalitario.
Los ciegos prefieren ver a un Soloducho como un empresario soberbio e intransigente, que armo su empresa con préstamos del Banco Republica ayudado por su amistad con un connotado político. Todo esto puede ser así, pero es solo parte de la punta del iceberg.
Lo importante es que Dancotex utilizó el préstamo para comprar la mejor y mas moderna maquinaria textil, que empleo y pago en fecha los sueldos de casi 300 obreros y sobre todo que abrió los mercados mas exigentes de Estados Unidos, Alemania y México para los productos en base a lanas uruguayas, a mano de obra uruguaya y a técnicos uruguayos. Ni Liz Claiborne, ni Armani o Macy’s le compraron a Dancotex por la gestión de algún caudillo vernáculo ni por hacerle una “gauchada” a nadie.
Me imagino que Soloducho debe estar cansado. No solo de discutir y negociar ante tan magros interlocutores, sino que debe estar cansado de ver como le cancelan pedidos desde el exterior y sus viejos clientes se van a China, Lituania o Eslovaquia a comprar los productos que aquí no queremos fabricar.
Lo mejor que puede hacer Soloducho, al igual que hizo Strauch con Fibratex, es darles a los neototalitarios la llave de su empresa. Dejarles los telares, las continuas y las tondosas, para que sean ellos los que las manejen y administren.
Entonces, los fierros y los medios de producción quedaran en manos del sindicato y de los neototalitarios. Ellos se encargaran de verlos envejecer y enmohecer. Los talentos, la innovación y los clientes se iran con Soloducho. Atlas baja los brazos. Me animo a aventurar que será del destino de unos y de otros.
Dr. Guillermo Sicardi, MBA
gsicardi@adinet.com.uy
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