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viernes, setiembre 14, 2007

Batlle y la oportunidad perdida …


Una vez le preguntaron al Dr. Jorge Batlle si su aspiración máxima era alcanzar la primera magistratura, a lo que éste respondió: “Mi máxima aspiración es cambiar la mentalidad del Uruguay”.

Se refería a las creencias limitantes que tienen los uruguayos y las uruguayas. El 70% cree que no es posible hacerse rico trabajando honestamente. “Yo soy pobre pero honrado, Usted es rico pero ladrón”.

El 65% cree que no es necesario hacer “crecer la torta”, hacer crecer la empresa donde trabaja, hacer crecer sus conocimientos. Se pelean por “repartir”, por sacarle al que “tiene más”, y cerca del 25% de los jóvenes no estudia ni trabaja.

El 75% cree que la culpa de nuestros problemas las tienen otros. Desde el imperialismo yankee o el FMI, a la empresa, al jefe o a la situación social. Sólo un 25% se hace responsable de sus propios actos.

Pero la peor de todas las creencias es pensar que es mejor ser empleado público (63%) a ser emprendedor (sólo un 7%). Esta creencia no es fruto de la imaginación. Es efecto de la falta de decisión política para destruirla. Y la oportunidad perdida estuvo durante la crisis del 2002.

Cuando el Ministro de Economía se jactaba de “pagar todos los sueldos en fecha”, (con dólares mendigados a Mr. Danger), no hacía más que fortalecer la creencia que “otros” nos arreglan los problemas y que ser empleado público es “fantastic”. Cuando nos publicaban los obscenos sueldos de un portero del BCU y en la página siguiente la lista de concordatos y quiebras, nos decían claramente que no vale la pena arriesgar. Cuando no despidieron inmediatamente a un Director del BHU por “hacer gauchadas”, fortalecían el concepto que sólo con “curros” se puede vivir.

Estas creencias limitantes no son ideológicas, son filosóficas. Hay personas que tienen como filosofía de vida la ley del “mínimo esfuerzo con el máximo de satisfacción”. Otros prefieren ser ovejas conducidas por un pastor y someterse a la peor degradación humana que es someter su mente a la mente de otro.

Pero también están los que adoptan la filosofía de valerse por sí mismos. Los que no piden, los que no mendigan, los que no reclaman. Estos pequeños Atlas se fueron y se seguirán yendo a valerse por sí mismos a otras tierras. Aprendieron que los gobernantes uruguayos, sin distinción, no están dispuestos a imponer un férreo sistema que defienda las virtudes y castigue los vicios.


Dr. Guillermo Sicardi, MBA
gsicardi@adinet.com.uy

1 comentario:

Lonjazo dijo...

Estupendo.
Verdaderamente estupendo.
Lo voy a volantear.
Saludos.