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miércoles, mayo 26, 2021

La trampa del asistencialismo.






La trampa del asistencialismo.
por Guillermo Sicardi | Semanario Búsqueda | jueves 4 de febrero de 2021.

“Los buenos padres, son malos padres”, decía mi abuela italiana que crió siete hijos con muy poco dinero y muchos valores.  Menudo favor le hace un padre al hijo cuando es demasiado “bueno”, en el sentido de blando, contemplativo o sobreprotector. Pero cuando el “Estado paternalista” asume ese rol con sus ciudadanos, el daño es casi irreparable.

Es muy fácil caer en la trampa del asistencialismo. Bajo la piel de cordero de “ayudar al más débil”, “repartir la riqueza” o dar una “renta básica universal”, se esconde el lobo de la dependencia, la destrucción de la autoestima y la convicción de que uno es incapaz de valerse por sí mismo.

Los ejemplos abundan; no solo en el tercer mundo, sino en la cuna del capitalismo, los Estados Unidos de Norteamérica. Este país que se construyó sobre la base moral del valor del trabajo, el ahorro, la defensa de la propiedad privada y la libertad, ha ido cediendo terreno a las ideas del “Estado presente” con resultados nada auspiciosos.

Un caso paradigmático lo constituyen los beneficios, subsidios y apoyos estatales que reciben las reservas o comunidades indígenas en Estados Unidos y Canadá. En el libro “La trampa de la dependencia económica”, de Calvin Helin  (miembro y descendiente de una de esas tribus), presenta datos contundentes demostrando que el supuesto paraíso terrenal de recibirlo todo sin esfuerzo, en realidad es un infierno.

  • Las mujeres y hombres nativos presentan mayores tasas de violencia que cualquier otro grupo étnico o racial en USA

  • El consumo de alcohol, tabaco y otras adicciones, es un problema grave, que incluso se traslada a los fetos durante el embarazo

  • La agencia estatal Indian Health Service, muestra mayores índices de mortandad entre los miembros de la comunidad indígena más altos que el promedio nacional en: alcoholismo (517%), tuberculosis (533%), accidentes automovilísticos (203%), diabetes (210%), homicidios (87%) y suicidios (60%).

Estas cifras Helin las asocia a la pérdida gradual de la autoestima, a la dejadez de cuidar de sus propios asuntos y perder la cultura del trabajo por culpa del asistencialismo. Esto es así porque el ser humano necesita trabajar, no sólo para procurarse un sustento, sino para sentirse útil y provechoso. 

Dice Helin: “Al avanzar la idea de que uno no es responsable de su bienestar, esa responsabilidad pasa a ser usurpada por el gobierno. Y aunque el Estado pueda ponerte una “curita” (band-aid) financiera transitoria, jamás podrá darte la motivación para procurarte una mejor vida”. Y cita al cantante quebequense Félix Leclerc: “La mejor manera de matar a una persona, es pagarle por no hacer nada”.

Está muy bien tenderle una mano a las personas que lo necesitan, porque todos, absolutamente todos los seres humanos, necesitamos apoyo de otros en varios momentos de nuestras vidas, sean éstos económicos, emocionales o laborales. Pero no parece sano que existan cientos de miles de personas recibiendo un cheque del Estado por años y años sin lograr salir de su precaria situación.

La trampa del asistencialismo lleva al clientelismo político: votos por beneficios. Y esto se refuerza fomentando la “cultura de los derechos adquiridos”, donde le hacen creer a la gente que merecen un trato especial en virtud de su particular situación, sea por raza, sexo, estado civil o económica. 

Pero el mayor problema lo tendrán los jóvenes. Un estudio realizado en Estados Unidos  demuestra que cuanto mayor sea el número de años que los padres reciben dinero sin la contrapartida del esfuerzo propio, mayor será la probabilidad de que sus hijos crezcan para depender del asistencialismo estatal. Un esclavo más se suma al sistema.

Uruguay ya cayó en la trampa del asistencialismo. El gran desafío será en cómo salir de ella.


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