La consultoría y los consultores han desarrollado una mala fama por decir lo que hay que hacer, pero no lo hacen ellos mismos; por cobrar altos honorarios a cambio de suculentos informes y por poner al frente de proyectos a individuos muy ilustrados, pero que nunca se embarraron las manos.
Como realmente cree en lo que hace, el Resultor está dispuesto a compartir los riesgos y asociar parte de sus honorarios al resultado del trabajo. Al Resultor le gusta la acción. . Esto implica un actuar directo en la línea, codo a codo con los Gerentes y los dueños, e incluso asumiendo el management durante un tiempo determinado, hasta que las cosas vuelven a su cauce. Utilizan su alta formación académica y la experiencia acumulada de éxitos y fracasos, para que su curva de aprendizaje sea más rápida. Entrena y trasmite su know how en la acción, no solo en una sala de capacitación.
La Resultoría implica decir las cosas por su nombre. “Quedar bien” con el cliente no es decirle lo que quiere oír, sino lo que tiene que hacer y cambiar para poder crecer o subsistir. La Resultoría implica ir a fondo en los temas, mantener los principios y la estrategia firme en los momentos de duda. Es apoyar a los Directivos a no perder
Implica a veces asumir la gestión directa de una operación. Al igual que un conductor de Rally está preparado para manejar en superficies riesgosas y desconocidas, el Resultor está preparado para tomar el volante durante esos tramos. Luego vuelve al asiento del co-piloto.
Trabajar con un Resultor es algo diferente a lo que la mayoría de las personas están acostumbradas. Y para obtener el mayor provecho de esta relación, también Usted debe estar preparado.
Al igual que en el desayuno americano donde se comen huevos con tocino, usted tiene a la gallina que colabora con los huevos y sigue viva. Pero también tiene al cerdito. La diferencia es que el cerdito … se juega la piel.
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